Empezar un negocio propio puede ser una experiencia divertida y rentable. Aún así, necesitas mantener tus finanzas personales seguras sin importar qué cambios profesionales estés haciendo. Si no eres cuidadoso, puedes poner en peligro años de trabajo duro y ahorro. Con esto no quiero decir que no debas comenzar tu propio negocio, sino que tienes que ser particularmente cauteloso con algunas cosas.
Si ya has tomado la decisión, mucha gente se habrá preocupado por el efecto negativo que pueda tener en tus finanzas. Y no les falta razón. Hay miles de historias de gente que ha tratado de trabajar por su cuenta y ha acabado perdiéndolo todo. Aquí hay algunas estrategias para asegurarte de que no te vas a unir a ese club.
Mantén separadas tus finanzas personales de las de tu negocio
Parece muy fácil, pero si no tienes cuidado empezarás a entrelazar ambas sin darte cuenta. La mejor manera de evitarlo es abrir cuentas bancarias aparte para tu empresa. Por supuesto, esto te llevará algún tiempo en la sucursal del banco, pero a la larga éste será un paso que no querrás evitar.
Manteniendo el dinero personal separado de los fondos de tu negocio podrás seguir viviendo como siempre. El único cambio es que en lugar de que te llegue el sueldo todos los meses, tú mismo te lo transferirás. ¿Es este un gran cambio? Desde luego. Pero si quieres convertir en un emprendedor, lo tendrás que hacer.
Considera constituir que en Sociedad Limitada – Cuanto antes mejor
Hay muchas razones para crear formalmente una S.L. Desde un punto de vista financiero, te ayudará a mantener tus finanzas personales a salvo. Por ejemplo, si eres una S.L. y vas a juicio por alguna mala práctica empresarial, los únicos activos que podrás perder serán los de la empresa. Aunque eso no sea nada bueno, protegerá tus finanzas personales. Por otra parte, si eres una S.L. (u otro tipo de entidad), tus bienes personales – tu casa, por ejemplo -no pueden ser atacados en un pleito.
Lo mejor para evitar complicaciones potenciales es hablar con un profesional sobre la mejor forma de constituir una entidad empresarial en condiciones.
No pongas los gastos del negocio por encima de tus gastos personales
Este es un error que puede causar muchos problemas. Algunas personas tratan de expandirse demasiado deprisa. Al final, se ven forzados a decidir qué factura pagan antes. Nunca querrás estar en la situación de tener que elegir entre pagar la hipoteca o pagar a tus empleados. Es esencial que primero cubras tus gastos personales y, después, podrás ocuparte de tu negocio. Como ya he mencionado, asegúrate de que creces a un ritmo con el que puedas sentir confortable. Es la única forma de asegurarte de que no vas a exigirles demasiado a tus recursos.
Habrá momentos en que la idea de haber abierto tu propio negocio te harás sentir angustiado. Cuando acabas de dar ese paso, normalmente no tienes ni idea de lo que va a pasar. Sin embargo, si has pulido todos los detalles, deberías ser capaz de perseguir tu sueño y de mantener tus finanzas personales seguras al mismo tiempo.
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