Acciones, tiempo y rentabilidad

Nunca es fácil alcanzar el éxito con la inversión en los mercados financieros y cuando nos referimos a los de Bolsa se hace aún más necesaria para los pequeños y medianos inversores la correcta formación técnica o el asesoramiento profesional especializado, que les oriente y prevenga, ante los posibles riesgos dinerarios que este tipo de actividad les puede generar para sus ahorros o capital destinado a la inversión.

En diversas ocasiones en esta sección de Consejos de Bolsa hemos analizado a título formativo y en el lenguaje lo más coloquial posible, la existencia del llamado binomio rentabilidad-riesgo a la hora de la compra-venta de acciones de empresas cotizadas en el mercado de valores. No es ningún “secreto” que históricamente y por comparación, la inversión en renta variable suele superar en rentabilidad a la renta fija, pero todo tiene su lógica y es muy adecuado puntualizar en qué condiciones y especialmente, cuales deberán ser los periodos temporales necesarios para alcanzar los beneficios buscados con dicha inversión, que presentará desde su inicio un distinto nivel de riesgo financiero para cualquier inversor, según el nivel de volatilidad o las específicas circunstancias del tipo de acciones (empresas) elegidas para su participación en los mercados bursátiles.

Cada valor individual cotizado en la Bolsa de los muchos existentes actualmente y sus diversos sectores industriales, de servicios o financieros tiene su propio nivel de volatilidad y por ende, éste se verá sometido a unas determinadas fluctuaciones en su recorrido por el mercado. Por ello, no se deberá invertir en una sola empresa si su deseo es mantener durante un tiempo prolongado un cierto equilibrio entre la rentabilidad y el riesgo lógico asumible para intentar ganar dinero en los parqués de Bolsa.

Como solemos reiterar para los inversores menos avezados, nadie nos puede asegurar o garantizar una determinada rentabilidad de manera infalible en la Bolsa y son muchos los casos del pasado que nos recuerdan las diversas “burbujas bursátiles”, que terminaron con la grandes expectativas dinerarias populares, la paciencia y el posterior disgusto para miles de pequeños inversores que, un día creyeron en los “cantos de sirenas” de operativas muy organizadas de marketing inversor apoyadas por muchos medios de comunicación y alguna prensa especializada que alguna vez promocionaron: “altas rentabilidades garantizadas”, lo que pasados unos meses se terminó convirtiendo para desencanto de los inversores noveles en “grandes pérdidas casi generalizadas”.

EL FACTOR TIEMPO Y LA RENTABILIDAD

Nunca deberá pensar que el precio de una acción deberá subir progresivamente a medida que pasen los meses por el hecho de haber invertido en ella, el tiempo y la rentabilidad no están unidos de forma indisoluble. En todo tipo de valor cotizado existirán periodos más o menos largos de una tendencia alcista y a su vez, posteriores sesiones de clara tendencia bajista que pueden devolver al valor a niveles de soportes anteriores e incluso muy por debajo de estos, según la fuerza de las correcciones sufridas, la volatilidad de la acción y otros distintos factores financieros inherentes al sector determinado al que pertenezca dicha empresa.

Proceder a invertir con vistas y previsiones dinerarias a unos 6, 8 o 10 años, para muchos pequeños inversores les puede parecer un tanto excesivo y alejado temporalmente, pero este complejo mundo de la Bolsa ha demostrado a lo largo de su historia que, en términos de rentabilidad total (real) sumando los dividendos y restando la inflación, la rentabilidad de las acciones a largo plazo supera al de otros activos de renta fija como puedan ser los Bonos del Estado.

CONCLUSIONES Y CONSEJOS DE INVERSIÓN

Sabiendo que la rentabilidad histórica de los títulos cotizados en Bolsa puede superar a otros tipos de activos financieros deberemos tener siempre presente que, el factor tiempo deberá pesar estrictamente en su justa medida a la hora de tomar decisiones definitivas de inversión. Solo la posibilidad de obtener mayores retornos positivos pasados unos años no es suficiente garantía de éxito inversor y se deberán contemplar otras diversas circunstancias esenciales sobre el tipo de acción (precio, recorrido histórico, tendencias, volatilidad, dividendos…etc.) más las expectativas de crecimiento en el beneficio futuro, de manera previa y planificada antes de proceder a participar en el mercado.

Conscientes de nuestras propias responsabilidades, preparación, asesoramiento y medios financieros disponibles, las decisiones bursátiles se deberán adoptar sin prisas, huyendo de modas o de los fuertes ruidos mediáticos periódicos que suelen recomendar numerosos “chollos” y “gangas”, de triste y nefasto resultado en el pasado reciente de los mercados de valores.

Antes de invertir y buscando la lógica idea de obtener los mejores beneficios financieros en Bolsa, usted siempre deberá valorar entre otros estos tres términos primordiales: “Acciones, tiempo y rentabilidad”.

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La frase elegida para este artículo dice así:

Si no te has formado lo suficiente el mercado te quitará el dinero rápidamente.

David S. Nassar

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