Una de las primeras normas que deben de cumplir los pequeños y medianos inversores, en su deseo de empezar a participar en los mercados de Bolsa es asumir un concepto básico para poder entender este complejo y a la vez rentable mundo de la inversión en renta variable. Nos estamos refiriendo, a la condición de copropietario –accionista- en el momento en que se adquieren acciones de una empresa cotizada.
Como en todos los negocios es adecuado y necesario que sus propietarios entiendan y comprendan en qué han invertido su capital y para ello, será necesario aprender algunos aspectos financieros elementales para su debida formación inversora. Para que la empresa cotizada en Bolsa pueda desarrollar su negocio y funcionamiento normal es necesario que recurra a la captación de capital y esta función, la suele realizar por las dos vías más habituales como pueden ser, la de sacar sus acciones a Bolsa que serán adquiridas por los accionistas y la otra, consiste en recurrir a la figura de los acreedores que suelen ser las entidades financieras u otros organismos similares de financiación empresarial.
Una vez que la empresa ha recogido el capital necesario para empezar su gestión y siempre, con el objetivo de rentabilizarlo financieramente para beneficio de sus accionistas es cuando existen pequeñas diferencias o distintos riesgos para cada uno de los aportadores de capital (accionistas y acreedores). Veamos en qué consisten esas diferencias:
- Accionistas: Los accionistas de la empresa por ser copropietarios de la misma asumen el mayor riesgo financiero, en caso de fuertes pérdidas e incluso en situaciones extremas de quiebra pudiendo llegar a perder toda su inversión. Por el contrario, cuando la gestión empresarial es positiva y rentable serán los mayores beneficiados dinerariamente por la vía dividendos o revalorización de los precios de sus acciones.
- Acreedor: Estos asumen un menor riesgo financiero porque se aseguran unas “rentabilidades fijas por los préstamos concedidos”, por lo que no les afectarán normalmente los balances empresariales ni las cuentas de resultados y seguirán cobrando sus intereses, con la lógica excepción de que la empresa se vea inmersa en una quiebra financiera.
RENTABILIDAD SOBRE EL CAPITAL A INVERTIR
¿Para qué sirve saber la rentabilidad del capital?… ¿En que beneficiará conocerlo para el futuro inversor?… Las respuestas a estas dos cuestiones arrancan en el principio de este artículo aquí en Consejos Bolsa y siempre, para una mejor formación de los pequeños inversores y es que, si ya tenemos claro que cuando compramos acciones pasamos a ser propietarios, será muy importante saber, cuántas acciones en total tienen las empresas elegidas para invertir. Sirva de ejemplo, que si somos poseedores de 10.000 acciones de una empresa cotizada y ésta tiene en circulación 100.000 acciones, seremos propietarios de un 1% del capital. Por el contrario, si tenemos en nuestro poder 10.000 títulos de una empresa que tiene en el mercado 1.000.000 de títulos, solo seremos titulares del 0,01%.
Todos estos cálculos son los que determinarán las cantidades apercibir por los inversores cuando existan repartos de dividendos, si la empresa lo considera oportunos (no son obligatorios), y serán sus Consejos de Administración los que determinen si se realizan dichos pagos a cuenta en virtud de la buena o mala marcha de la empresa.
La obtención de beneficios es la meta buscada por todas las empresas y se deben conocer por parte del futuro inversor (antes de invertir), si la empresa cotizada en Bolsa en su espíritu empresarial y costumbre financiera impera el reparto de dividendos a los accionistas o por el contrario, está usando habitualmente los beneficios obtenidos para su mayor expansión, reinversión, compras de otros competidores o simple refuerzo de sus arcas financieras.
Una vez recordado o aprendido (según los casos), que riesgos y beneficios conllevan nuestra participación en los mercados de valores es momento adecuado para asimilar, calcular, anotar y no olvidar antes de invertir en acciones, en qué consisten los conceptos: “Accionistas y rentabilidad sobre el capital”.
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La frase elegida para este artículo dice así:
El dinero no da felicidad, pero si tranquilidad, y una persona tranquila es una persona feliz.
Robert Kiyosaki