Actitudes emocionales que perjudican la inversión

Existen muchos momentos financieros donde el inversor necesita realizar y ejecutar órdenes de compra o venta de títulos, debido a cambios de tendencia en los mercados o simplemente por adaptación de su cartera de inversión a la estrategia previa diseñada por éste en su apuesta inversora.

Cuando llegan esos difíciles días, horas, minutos o segundos donde se deben gestionar y decidir las operaciones adecuadas para el cuidado del patrimonio destinado a la inversión, es cuando surgen los problemas, las indecisiones, dudas y el factor emocional –tan importante- entra en juego. Las decisiones bursátiles se suelen tomar aprovechando la capacidad y conocimientos técnicos, experiencia o asesoramiento profesional por parte del participante en los mercados, con el convencimiento claro de estar haciendo lo correcto, pero por desgracia… ¡ No siempre es así !

La pregunta que le surge al “pequeño o mediano inversor” en esos momentos tan críticos para el resultado final de su inversión es la siguiente: “¿Estaré cometiendo el mismo error que la vez pasada?”. La experiencia es un grado y los errores pretéritos cometidos suelen ayudar a corregir los futuros. No obstante, voy a detallar a continuación algunas “actitudes emocionales que nos pueden perjudicar una inversión” motivados esencialmente por la condición humana y la falta de control psicológico del individuo ante situaciones de presión. Estas son:

• Exceso de orgullo: Los mercados son soberanos, duros, tenaces y ponen rápidamente a cada inversor en su sitio como si presintieran las debilidades o los rasgos de exceso de orgullo presentes a la hora de actuar en ellos y corrigiendo este tipo de actitudes adversas.
• La falta de paciencia inversora: Cuando los seres humanos queremos conseguir algo importante para nosotros muchas veces lo queremos… ¡YA! Craso error emocional y financiero motivado por la falta de disciplina a la hora de esperar los momentos adecuados para las compra-ventas o respetar el plan inicial previsto para esa inversión determinada, con consecuencia nefasta para el capital invertido.
• Actitudes de imprudencia operativa: Este es un grave error que suelen cometer algunos individuos que se plantean la inversión como algo excitante o “adrenalínico”, valga la expresión. Para este tipo de apostantes a la ruleta rusa bursátil la toma de posiciones en productos de riesgo careciendo de experiencia y formación o la acumulación de títulos mediante recompras a la baja sin respetar los Stop Loss de protección, les convierten en inversores imprudentes deseosos de ganar a cualquier coste, lo que tampoco suele producirse habitualmente en el mercado.
• La eterna búsqueda de la perfección: El conocimiento del mercado, la experiencia inversora y la preparación técnica son cualidades que optimizan los resultados de una inversión, pero el exceso y búsqueda de la perfección operativa, suele llevar a querer “hilar tan fino” que se pueden escapar las verdaderas ocasiones de ejecutar órdenes de compra o venta de activos financieros con resultados beneficiosos. La pérdida de oportunidades pueden crear en el individuo una falta de confianza, autoestima y sentimiento de culpa inversora, lo que le dificultará posteriormente futuras decisiones.

CONSEJOS PARA EVITAR LAS ACTITUDES NEGATIVAS

Una vez conocidas algunas de las actitudes emocionales negativas para la inversión, deberemos evitar caer también en los siguientes pensamientos que suelen dificultar una buena gestión de nuestros intereses financieros, una vez que estemos invertidos en el mercado y la situación sea adversa para nuestros intereses:

1. No sé lo que hago.
2. Si vendo seré un perdedor.
3. No sirven para nada las estrategias.
4. Los mercados están manipulados.
5. Nunca podré ganar dinero con la inversión.

El control de nuestra propia personalidad ante los mercados, el conocimiento de nuestras limitaciones técnicas y la sensatez a la hora de adoptar decisiones que afectarán a nuestro capital invertido, son las claves para el buen desarrollo y final exitoso de la inversión. Las conductas impulsivas, negativas, ansiosas o improvisadas, serán rápidamente corregidas por los mercados con graves perjuicios para el bolsillo del individuo, porque nunca debemos olvidar que en este negocio tan excitante como arriesgado, el mercado…¡¡¡ siempre tiene la razón !!!

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La frase elegida para este artículo dice así: “Beneficiarme con vuestras convicciones, si es que las tenéis; pero guardaros vuestra dudas, pues me bastan las mías”, Johann W. Goethe.

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