Muchas son las personas que tienen contratados todo tipo de seguros, pero que en el momento de sufrir algún siniestro cubierto por estos no saben debido a la situación estresante del momento responder adecuadamente, pudiendo provocar una demora en la resolución del problema, una peor resolución del mismo o incluso puede provocar la pérdida de los derechos que nos correspondan como asegurado de esa póliza en relación con ese siniestro.
Por supuesto en momentos de alto estrés emocional, de impacto psicológico o de dolencia física como pueden ser un accidente físico sufrido por nosotros mismos o por algún allegado nuestro, un atraco, incendio o accidente de coche por poner unos ejemplos, dar una respuesta acorde, adecuada, en el tiempo apropiado y con templanza no va a ser tarea fácil, pero hemos de ser capaces de hacerlo o delegar en alguien que lo haga por nosotros.
La primera premisa es siempre llevar los datos de contacto de nuestras compañías de seguros. Como mínimo deberemos llevar encima siempre el número de teléfono, y en caso de percance la primera acción a realizar será la de ponernos en contacto con la compañía aseguradora para que nos indique los pasos que hemos de dar, para así empezar a dar solución al siniestro y que este quede completamente cubierto por la póliza de seguro.
Lógicamente este primer paso se verá siempre superado por las atenciones básicas que nos debamos o que debamos dar y por los momentos de riesgo vital, es decir, hemos de contactar a la aseguradora, sí, pero primero hemos de ponernos o poner a salvo al asegurado y atenderle, y estar físicamente en disposición de poder llamar por teléfono. Al respecto muchas pólizas incorporan plazos de unas horas para dar tiempo al asegurado a contactar con la compañía, pensando precisamente en que muchas ocasiones no es posible el contacto inmediato después de sufrir un siniestro.