Tener una cuenta de ahorros es siempre una idea inteligente. Dar los pasos necesarios para hacerlo puede parecer algo engorroso, pero no lo es. Por suerte, hay métodos muy sencillos para abrir una cuenta de ahorros y asegurarnos de que ingresamos dinero en ella de forma periódica.
Automatizar los ahorros
Casi todos los bancos tienen una fórmula para hacer del hábito del ahorro algo automatizado. Es tan sencillo como establecer una transferencia automática de tu cuenta normal a tu cuenta de ahorros justo el mismo día en el que recibes tu sueldo o tus ingresos. El hacerlo ese día de cobro tiene su importancia ya que, de este modo, cuando vemos nuestro saldo la parte que hayamos decididos destinar al ahorro ya no está, por lo que no vamos ni siquiera a “echarla de menos” más adelante. Si esperamos a fin de mes para hacer el ingreso, o lo hacemos nosotros mismos de forma manual, siempre encontraremos buenas razones para explicar por qué no podemos permitírnoslo, así que esta fórmula es la adecuada para que eso no suceda. Hace que ahorrar sea más rápido y sencillo, y asegura que lo harás.
Busca y compara
Aunque lleves toda la vida en el mismo banco, no hace daño que compares sus ofertas con las de otros de vez en cuando. Ahorrar se hace mucho menos cuesta arriba si sabemos que estamos obteniendo el mayor interés posible a la vez que mantenemos nuestro dinero en lugar seguro. Lo mejor es llevar a cabo esta comparación de ofertas una vez al año, para comprobar cuales son las mejores opciones de cuentas de ahorro. Además, gracias a Internet, ya no hay excusa para decir que no tenemos tiempo a ir de banco en banco haciendo preguntas, porque todo está al alcance de un clic. Precisamente comparativadebancos.com es una de las múltiples fuentes que podemos consultar cuando estamos a la caza y captura de la mejor oferta bancaria posible.
Olvídate
Una vez que ya lo hayas hecho todo, olvídate de esa cuenta, haz como que no existe. Como la tienes en piloto automático, no tendrás que preocuparte por ingresar dinero regularmente, así que es mucho más fácil que no tengas que pensar en ella. ¿Por qué? Porque así evitamos caer en la tentación de sacar fondos para cualquier cosa. Cuanto menos la toquemos, más rápido crecerán nuestros ahorros, y los tendremos disponibles cuando tengamos una necesidad real o una emergencia.
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