En un país como España, donde la cultura financiera media se encuentra por debajo de la media europea y debido a diversos condicionantes sociales, políticos, históricos y culturales, las hojas referidas a la economía y las finanzas suelen ser “pasadas en los periódicos” por el fastidio de no poder comprenderlos adecuadamente. Son muchos los ciudadanos que se plantean diariamente algunas cuestiones como: ¿A qué se refieren con eso de la prima de riesgo, los bonos soberanos, el déficit, las tasas hipotecarias, la inflación…etc.?
La actual crisis económico-financiera ha puesto en la dura realidad cotidiana de los medios de comunicación, muchos de los pasados y presentes efectos financieros nefastos para los ahorradores como ocurrió con las llamadas “preferentes”. Así también, para una gran parte de la población adulta se les ha revelado lo importante que puede llegar a ser saber negociar una hipoteca con el banco y que diferencias existen entre contratarla con un tipo de interés fijo o variable, además de poder comprobar como aumentaron los desahucios estos años por impago de las mismas.
Lejos empieza a quedar aquel tiempo pasado donde las familias criaban un cerdo para que cuando éste fuese grande y la necesidad apretaba, poder comerlo (en los mejores casos) o proceder a venderlo (en la mayoría de ellos). El símil financiero actual de la “crianza del cerdito pasado”… ¡Podría ser el ahorro y la inversión!
Este concepto de previsión de futuro basado en la acumulación periódica de capital en un periodo temporal dilatado en el tiempo, fue relativamente abandonado hace unos años debido a la “década del ladrillo” y los importantes beneficios que ésta generaba popularmente hasta que estalló la burbuja.
La dura realidad económica y laboral en España nos ha devuelto a tener presente cosas como que el futuro de las pensiones no está del todo asegurado y es muy conveniente plantearse otras opciones financieras para poder obtener unos ingresos complementarios y así, intentar mantener nuestro nivel de vida pasadas unas décadas.
DIFERENCIAS DE ACTITUD FINANCIERA SEGÚN LA EDAD
Debemos recordar para todos los pequeños y medianos inversores, habituales seguidores de esta sección de Consejos de Bolsa, que en la actualidad de este primer mundo desarrollado existen factores internos y externos que facilitan que las personas puedan vivir cada vez más años con una mejor calidad de vida, debido a los avances médicos, tecnológicos y hábitos más saludables en el terreno deportivo. Por todo ello, es indispensable tener preparado un plan de ahorro e inversión de futuro adecuado a cada individuo y sus especiales condicionantes monetarios.
Partiendo de la base de que la necesidad de garantizar nuestra libertad financiera futura depende de la actual operativa en el ahorro o la inversión, veamos cómo suele afectar de forma generalizada a los jóvenes y las personas de edad más madura:
- En la juventud: Su prioridad suele ser laboral, después vendrá la moto o el automóvil, los productos tecnológicos además, del consumo en ocio generalmente en grupos sociales. Para terminar, con la adquisición de una vivienda vía hipoteca.
- En la madurez: Prioridad en asegurar “su vida”, en prevención de cualquier contingencia grave para las necesidades familiares. Conocimiento responsable de la necesidad de ingresos en un futuro próximo, a la hora del pago de los estudios académicos de los hijos, compensación de su paga por retiro laboral, más gastos lógicos en salud y deseo de poder realizar las actividades sociales o recreativas que le facilitará el tener más tiempo libre.
Está en nuestras manos tomar las decisiones económicas oportunas, buscar el asesoramiento profesional y empezar a gestionar lo antes posible nuestras inversiones presentes de forma responsable con la mirada puesta en la imprescindible previsión financiera, ya que ésta, será inexorablemente necesaria en un futuro no muy lejano para los… ¡¡ Jóvenes y maduros!!
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La frase elegida para este artículo dice así:
Procuremos más ser padres de nuestro porvenir que hijos de nuestro pasado.
Miguel de Unamuno