Hablaba hace poco en un post de lo que para mí es la frugalidad: «Decidir lo que es importante para ti. Darte permiso para gastar un poco más en ello, y ahorrar en todo lo demás”. Y cuanto más pienso en ello, más me parece que enmarca perfectamente los problemas que tienen tanto los derrochadores como los tacaños.
¿Derrochadores?
En muchas ocasiones, es muy posible que una persona pueda gastar algo menos de lo que gana. Así que, ¿por qué muchas personas gastan más?
La respuesta está escondida en la definición anterior. Los derrochadores tienden a expandir su concepto de «lo que es importante» a un montón de cosas.
Puedo usarme a mí misma como ejemplo. En mis días de excesos, había un montón de cosas en mi vida que me parecían tan importantes como para gastar dinero en ellas, cuando en realidad eran simplemente opcionales. Así, compré montones de gadgets electrónicos, colecciones de libros, cómics, videojuegos, etc.
Este gasto continuo me llevó a dos situaciones complementarias. Por un lado, no tenía tiempo para disfrutar realmente de todas las cosas que compraba y que almacenaba en mi casa. Por otro, llegó un momento en que estuve agobiada por las estrecheces económicas.
A partir de ese punto, mi definición de lo que era importante dio un vuelco. Había puesto demasiadas cosas en mi lista de “las permitidas” para gastar dinero como me apeteciera, lo que me llevó a gastar mucho más del que debía.
¿La solución? Recortar gastos. Pregúntate que cosas son las que más disfrutas y suprime el resto. Además, intenta buscar fórmulas para minimizar los gastos que haces en las cosas que te gustan.
La frugalidad se entiende muchas veces como miseria porque se tiene que renunciar a mucho. Pero en realidad, no significa renunciar a lo que es importante para ti. El truco está en pararse a pensar, hacer un repaso de nuestra vida y diferenciar lo que realmente tiene importancia para ti de lo que no.
¿Tacaños?
La otra cara de la moneda son los tacaños, una situación en la que he estado muchas veces a punto de caer.
Los tacaños ahorran en todos los aspectos de su vida, incluso los más importantes. Incluso aunque tengan una estabilidad financiera, lo siguen haciendo, aunque sea a expensas de ciertos elementos que podrían haberles aportado un gran valor.
Otra vez puedo poner el ejemplo de mi propia vida. Me encanta leer. Me leo varios libros al mes. La mayor parte del tiempo me niego a comprar libros. En lugar de eso, espero pacientemente para poder conseguirlos en la biblioteca, en formato electrónico o de segunda mano.
En algunos casos puede leer los libros que me apetecen al poco de que salgan al mercado, pero hay otros que requieren meses de espera, y algunos por los que todavía estoy esperando…
A tal punto llegó mi tacañería que ni siquiera compré libros que me encantaron, sino que para volver a leerlos esperaba a que estuvieran disponibles de nuevo en la biblioteca. No importaba que ya hubiera ediciones de bolsillo totalmente asequibles, me negaba a invertir 5 o 10 euros en libros que sabía que quería releer. En esos momentos es cuando te das cuentas de que has pasado de un extremo a otro.
Está bien que gastes dinero en las cosas que realmente te importan. De hecho, es bueno, porque al hacerlo incrementas tu calidad de vida mucha más que gastándotelo de cualquier otra forma.
Los ganadores están en el punto medio
El mejor lugar donde nos podemos situar está en el punto medio entre derrochadores y tacaños. Me refiero a la gente que sabe lo que le interesa de verdad y no tienen miedo de gastar dinero en disfrutarlo, en contraposición con aquellos que gastan demasiado y se endeudan (añadiendo un montón de estrés y dificultades a su vida) y aquellos que no gastan en nada (perdiéndose cosas que les podrían aportar mucho valor).
¿Cuáles son tus valores? ¿Cuáles son tus pasiones? Date permiso para gastar en esas áreas – siempre y cuando cierres el grifo en las demás.
Si este artículo te ha parecido interesante y hablas inglés, visita thesimpledollar.com.
One Response to “Al otro lado de la valla de la frugalidad”
Vida Social contra Frugalidad | iAhorro.com
[…] parte de los consejos que doy. Cuando le pregunté el porqué, me respondió que no quería ser una persona “frugal” . Que no quería convertirse en una de esas personas aburridas que miran cada céntimo que gastan y […]