Queridos inversores, los mercados de valores han reaccionado al alza desde el momento en que el Comisario Europeo de Asuntos Económicos y Monetarios –vaya título más extenso- el Sr. Olli Rehn, ha realizado unas declaraciones indicando la posibilidad de recapitalizar de forma directa a los bancos, mediante el Mecanismo Europeo de Estabilidad, aunque este sistema de ayuda fue creado solamente para la ayuda a los estados y no para las empresas privadas.
Las alegrías y esperanzas en cuanto al posible rebote del mercado de renta variable español, especialmente castigado en estos últimos meses, pueden hacer pensar a muchos “pequeños y medianos inversores”, en la idea de apostar por realizar compras de acciones en bolsa –con precios actuales muy rebajados- de grandes empresas cotizadas que suelen ser normalmente más estables y sólidas en la generación de beneficios e incluso en el reparto de sus dividendos.
El problema que puede surgir en estos casos, es que quizá el capital disponible de los inversores interesados, no sea en este momento el necesario para efectuar una compra lo suficientemente amplia para que ésta genere los beneficios futuros pretendidos, por lo que pueden tomar la opción de utilizar el método: “Apalancamiento el arma de doble filo”.
La palabra apalancamiento financiero es muy común en el lenguaje de la economía y las finanzas, pero para los lectores de esta sección menos experimentados o preparados técnicamente, les enseñaremos como lo definen algunas enciclopedias:
APALANCAMIENTO FINANCIERO
“Es la relación entre el capital propio de inversor y el crédito invertido en una operación financiera. La reducción del capital inicial por parte del inversor aumenta la rentabilidad obtenida. El aumento del apalancamiento, a su vez ,incrementa el riesgo de la operación ocasionando una mayor exposición a las pérdidas o incapacidad de responder a los pagos generados”.
Vamos, que básicamente consiste en realizar una operación financiera usando el endeudamiento que acompañara a nuestro capital y con esa mezcla de fondos propios y un crédito en la operación bien realizada o afortunada se puede multiplicar la rentabilidad, o en el caso negativo, el efecto contrario generando cuantiosas pérdidas dinerarias.
Cuando se puede oír o leer en los medios de comunicación dedicados a los temas económicos frases como: “La operación se realizó con un apalancamiento del 1:4, 1:20 e incluso 1:50”-por ejemplo- esto nos quiere indicar que por cada euro de nuestro capital invertido en la operación, la entidad bancaria ha puesto 4, 20 ó 50 euros respectivamente.
COMENTARIOS Y CONSEJOS
Siempre teniendo en cuenta que esta modalidad o recurso de inversión permite acceder a productos financieros complejos –como opciones, futuros etc.- o bienes de tipo inmobiliario que de otra manera, por su alto precio, le sería casi imposible al inversor de liquidez limitada alcanzar. El riesgo siempre acompaña a este tipo de operaciones y las proporciones se mantienen tanto en los negocios acertados como en los fallidos y estos últimos, obviamente… suelen doler más que los primeros.
Un ejemplo claro de lo que supone un apalancamiento excesivo o desmedido, lo tenemos muy presente en nuestra memoria reciente -con la tan comentada, estudiada y recurrente “burbuja inmobiliaria” de estos últimos años- que tantos quebraderos de cabeza está generando en la actualidad, a participantes tan entrelazados que van desde el solicitante del préstamo hipotecario, el banco que adjudicó dicho préstamo, los rectores de esa entidad financiera nombrados por los ejecutivos autonómicos y llegando hasta los supervisores nacionales nombrados por el gobierno de turno.
El hecho de que numerosas familias españolas hiciesen unas fuertes inversiones inmobiliarias sustentadas por un gran “APALANCAMIENTO”, mal calculado, gestionado y controlado por las mismas entidades bancarias , ha ocasionado en miles de ocasiones la pérdida del inmueble –mediante desahucios- pérdida del capital inicial abonado a la hora de la compra de la vivienda y para colmo de males, todavía se les reclama la deuda contraída más los intereses acumulados, que de no ser abonados por el deudor, lo será por sus avalistas o herederos legítimos…¡¡¡ menuda herencia !!!
Para finalizar este artículo sobre: “Apalancamiento el arma de doble filo”, se nos ocurre una pregunta o reflexión que puede que linde con la moralidad profesional y es la siguiente: “¿Quién debe tener más conocimientos y preparación en materia financiera?…¿El cliente que solicita un préstamo o el personal que lo adjudica en una oficina bancaria?”
(Ver artículos “Puntos adecuados para entrar en acciones” y “Las etapas obligatorias del inversor novel”).
La frase elegida para este artículo dice así: “Ningún hombre debería tratar de obtener beneficio de la ignorancia de otra persona”, Cicerón.
Nosotros en Consejos de Bolsa, seguiremos la actualidad de los mercados para lectores como usted. Esto será otro día.