Tendemos a pensar que la calidad y el precio tienen una relación directamente proporcional, ya que nadie da duros a cuatro pesetas pero, ¿está siempre justificado que compremos un producto más caro en aras de la calidad¿ ¿Merece la pena hacer siempre un desembolso extra? Yo opino que no, y en este artículo voy a poner algunas ideas al respecto.
Los productos gratuitos (o casi gratuitos) ganan siempre. ¿Por qué? Porque en el caso de que el artículo en cuestión no nos convenza o no funcione bien, apenas habremos tenido pérdidas. Eso es lo peor que nos puede pasar. Por otro lado, si el producto nos da un buen servicio, nos habremos ahorrado un dinero. Todo esto asumiendo, claro está, que el producto mantiene unos estándares de seguridad y salubridad adecuados.
Por otra parte, si no somos capaces de apreciar la diferencia entre un producto barato y otro caro, lo mejor es elegir la opción más económica sin atender a lo que nos digan los vendedores o el empaquetado. Por ejemplo, ¿qué sentido tiene para una persona que no se dedica a la cocina de forma habitual comprar un cuchillo de chef de 50€, cuando no es capaz de notar ninguna diferencia entre ese cuchillo y cualquier otro común y corriente adquirido en un supermercado por un par de euros?
Lo que me lleva a una cuestión clave, y es la necesidad de tener ciertos conocimientos del campo en que nos movemos. Cuantas más cosas sepamos sobre los artículos que vamos a comprar y su uso, mejores decisiones de compra podremos tomar. No te limites a comprar un neumático para olvidarte de él. Acuérdate de cuál has comprado y compara sus características de agarre, duración, etc., con las de otros tipos y marcas. Saber lo que realmente necesitamos y entender la terminología que se usa en ese campo para describir el artículo es fundamental.
Investigar y aprender. Cada vez que gastamos dinero, estamos gastando el fruto de nuestro trabajo. Cuanto más sepamos sobre una compra, más efectivamente podremos usar nuestro dinero. Tenemos que recordar siempre que el dinero que tenemos está directamente relacionado con el trabajo que hacemos. Si trabajas por el salario mínimo, 5 € de gasto equivalen a una hora de tu trabajo (más o menos). Si puedes ahorrar 50€ investigando sobre la compra que vas a hacer un par de horas, merecerá la pena. También será un tiempo bien empleado si terminas comprando un artículo mejor a un precio similar o uno tremendamente bueno pagando un poco más.
Sobre todo, no te endeudes nunca por un producto de consumo. Si no tienes el dinero suficiente para comprar un producto de alta gama, elige uno más básico que tenga las características indispensables para que puedas usarlo. No uses el crédito para hacer compras que no puedes permitirte por tus propios medios, porque le estarás añadiendo al producto un enorme coste adicional.
Si de verdad entiendes la diferencia entre dos productos y puedes pagarte el de mejor calidad, hazlo. Si puedes permitírtelo sin afectar negativamente otros aspectos de tu vida, comprendes por qué ese producto es superior y, lo que es más importante, por qué es mejor para ti, cómpralo.
Si sabes inglés puedes leer más artículos como este en thesimpledollar.com.