Nuestra vida normalmente está llena de momentos puntuales de inflexión donde las circunstancias nos obligan a tener que tomar decisiones más o menos complejas referidas a distintos campos vitales como puedan ser laborales, familiares, afectivas o simplemente, en las relaciones financieras con nuestras entidades habituales y a la hora de participar como pequeños y medianos inversores en los mercados de valores.
No en vano, es de primordial importancia para el inversor novel tener muy claro qué es lo que está comprando (producto financiero) y más aún, cuando dicho producto estará sometido a unas variaciones u oscilaciones de precios (cotizaciones), que dependiendo de sus subidas o bajadas le generaran plusvalías o pérdidas dinerarias en el momento determinado en el que decida vender sus títulos cotizados en Bolsa. Todos los inversores somos distintos y nuestro personal comportamiento ante los mercados bursátiles suele ser también distinto, por tanto, deberemos huir de algunos estereotipos televisivos o filmográficos que nos presentan a los inversores que realizan su operativa vía trading como personajes “al borde de un ataque de nervios”, rodeados de varios teléfonos, cinco ordenadores y otras diez pantallas con múltiples gráficos (charts).
La realidad inversora puede ser distinta y la diferencia entre hacer trading “agresivo, puro y duro” o invertir de manera más sosegada y tranquila es evidente sin necesidad de tener los últimos avances tecnológicos en máquinas que, de manera rápida y al segundo (tiempo real) nos aporten una infinidad de datos económico-financieros que puedan llegar a saturarnos y además puedan dificultar la toma de decisiones oportunas o acertadas en la gestión de las acciones que compongan nuestra cartera de inversión.
CONSEJOS PARA ELEGIR EL CAMINO CORRECTO
Son muchos los inversores menos avezados que al principio de su inversión en los mercados de renta variable confían su suerte bursátil a una dependencia, estudio o interés intensivo y a veces hasta excesivo, por aprender los mecanismos más complejos o los análisis más técnicos determinantes para que el precio de una acción pueda subir o bajar en la sesión diaria de Bolsa. Aprender cómo funcionan los mercados es buena cosa y otra distinta es querer saber y aprender de memoria cuántas piezas mecánicas tienen los aviones cuando en realidad solo somos unos humildes pasajeros. La solución y corrección a este tipo de error de novato, bastante más habitual de lo que algunos de nuestros seguidores puedan pensar, estriba en poder centrar su atención en lo más básico del valor bursátil como pueden ser: Soportes, Resistencias, Volumen, Volatilidad y algunos indicadores básicos como: RSI, Estocástico, Medias Móviles…etc.
No es necesario asimilar forzosamente un gran conocimiento sobre la Bolsa para lograr llegar y alcanzar el éxito inversor es la formación básica, la inteligencia, la disciplina y el sentido común, el que nos debe indicar cuales son nuestros propios límites ante los mercados, para ello, solo es necesario adquirir un buen control técnico y especialmente emocional para aguantar las situaciones de alta volatilidad, riesgo inversor e incluso pánico mediático que nos pueden distraer y hacer abandonar: “El camino correcto de la inversión”.
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La frase elegida para este artículo dice así:
El secreto del éxito en el trading es tener un infatigable e insaciable hambre por la información y el conocimiento.
Paul Tudor