La tambaleante economía actual y la crisis inmobiliaria pueden llegar a afectar a las tarjetas de crédito; los bancos pueden subir las cuotas, cambiar las condiciones y bajar el límite de crédito. Es un buen momento para revisar tus cuentas y tus tarjetas y comprobar que las cosas no han cambiado a peor. De hecho, siempre es un buen momento, y todos deberíamos intentar hacerlo periódicamente.
Para evitar caer en los peligros que nos acechan en esta jungla bancaria, es importante hacerse con algunas técnicas de supervivencia que te ayuden a sortear los puntos más peligrosos y evitar así que tropieces con ellos a ciegas.
Aquí os propongo una lista de algunas de ellas:
1. Lee siempre la letra pequeña. Lee todo la parafernalia legal cuando solicites una tarjeta, cuando la recibas y también cualquier otro correo que recibas de tu banco en el futuro. Las condiciones y los términos que aparecen en los contratos de las tarjetas de crédito pueden llevar a confusión. Este glosario de Wells Fargo te puede ayudar. Si hay algo que no entiendes, pide ayuda.
2. De igual manera, revisa el extracto de tus cuentas cada mes. Fechas de vencimiento, tarifas, cuotas y tipos de interés. Unifica tus transacciones y mantente ojo avizor para evitar fraudes. Mucha gente revisa el extracto de sus cuentas cada mes, tanto on-line como acudiendo a una de las sucursales de su banco. Si prestas atención, puedes prevenir que pequeñas molestias terminen convirtiéndose en grandes problemas.
3. Que nunca te asuste quejarte o decir lo que piensas. Si descubres algo raro en tus facturas, quéjate. Si no estás de acuerdo con el importe de algunas de ellas, quéjate. Si quieres que te reduzcan las cuotas, quéjate. Te sorprenderá lo bien que resulta cuando tienes varias cuentas, domiciliaciones, etc., en el mismo banco.
4. Ten cuidado con las ofertas especiales que te envía el banco con el que tienes contratadas tus tarjetas. Ten en cuenta que muchas de estas ofertas prometen, por ejemplo, un bajo interés a la hora de contratar una hipoteca, pero estas ventajas pueden desaparecer al cabo de cierto tiempo. Asegúrate de que entiendes bien las condiciones de la oferta en cuestión y evita futuras sorpresas. Mucho ojo con ofertas que prometen evitar algún pago. Sospecha siempre de los servicios que el banco te intenta vender: seguros, protecciones contra el fraude, etcétera. Muchas de ellas no son precisamente un buen negocio para los consumidores.
5. Por último, paga tus facturas dentro de su plazo cada mes. Si no has generado deudas con la tarjeta de crédito, no empieces ahora. No dependas nunca de las tarjetas para mantener un estilo de vida que no puedes permitirte. No recurras a pagar con la tarjeta algo que no puedes adquirir con dinero en metálico -úsala sólo cuando sí dispones de ese dinero.
Mantente siempre vigilante contra la auténtica maldición que representa adquirir deudas comprando a crédito. Las tarjetas de crédito no son una fuente de dinero gratuito -así que no las uses como si lo fueran. Las tarjetas son una herramienta que te permite usar el dinero que ya tienes de una forma más eficiente.
Por ejemplo, puedes ahorrar un cierto porcentaje en tus compras al pagarlas con la tarjeta de crédito. Son gastos que vas a hacer de todos modos, y la tarjeta puede ahorrarte algún dinero.
¿Qué es lo que tú consideras como algo esencial a tener en cuenta cuando hablamos de tarjetas de crédito? ¿Qué tarjeta usas y por qué la elegiste? Si tienes algún consejo o experiencia que crees que puede ser útil para otros usuarios, compártelo con nosotros.
Para aprender más acerca de los distintos tipos de tarjetas de crédito y las variadas ofertas que hay en el mercado bancario, puedes consultar la sección de CdB sobre tarjetas de crédito.