Cinco trucos de las tarjetas de crédito y cómo evitarlos

¿Verdadero o falso? Las compañías que proporcionan tarjetas de crédito nos atraen con grandes promesas, pero entierran cualquier condición negativa en la letra pequeña.

Sería difícil encontrar a mucha gente que no estuviera de acuerdo con esto. Desafortunadamente, como existe ese consenso de que las compañías suministradoras de tarjetas de crédito van a intentar cazarnos, mucha gente puede verse tentada de bajar los brazos diciendo, «total, ¿qué puedo hacer?». Si esa es tu actitud, puedes estar seguro de que se aprovecharán de ti al máximo.

Sin embargo, y viendo que lees blogs sobre economía, creo que acierto al pensar que eres algo más astuto, algo más precavido con tus finanzas y, en resumen, alguien que mira dónde va a caer antes de saltar. Así que permíteme darte una lista de cinco puntos específicos sobre los que tienes que estar alerta, tanto para contratar una tarjeta de crédito nueva como para usar la que ya tienes, y cómo evitar cada trampa.

Promesa Nº 1: «Un bajo interés, de hasta el 9.99 % TAE»

La trampa: Los intereses pueden llegar a ser de un 9.99% como mínimo… pero también pueden ser de un 20.99% como máximo, o cualquier otro tipo de interés que esté especificado en la letra pequeña.

Tu plan: Mira en las especificaciones que suelen estar en la parte de atrás de la solicitud para ver si la entidad emisora se está permitiendo el lujo de poner el interés que le apetezca. Si es así, considera tu historial crediticio y asume la posibilidad de ese interés máximo, pero siendo consciente de él, o escoge una tarjeta de crédito que ofrezca un tipo de interés único. De esa forma, no acabarás con la sensación de haber sido desplumado.

Promesa Nº 2: » Te devuelve hasta un 5% en tus comprar»

La trampa: Varias. La tarjeta en cuestión podría ofrecerte bastante menos de ese 5% de devolución hasta que hayas gastado una cierta cantidad de dinero. Por otra parte, puede que te dé ese 5% hasta los primeros 300 € de compra mensual, y que luego la devolución caiga al 1% o menos.

Tu plan: Aléjate de tarjetas que publicitan una devolución «hasta» cierto porcentaje, y busca aquellas que den un porcentaje «completo». Y como siempre, comprueba la letra pequeña buscando límites de descuento mensuales o anuales.

Promesa Nº 3: «0% TAE en transferencias de saldo durante 12 meses”

La trampa: Tiene dos. La primera, es casi imposible a día de hoy transferir el saldo de una tarjeta de crédito sin pagar desde el principio un cierto porcentaje de dicho saldo. Si es de un 3%, y el saldo es de 5000 €, pagarías 150 € de mano.

La segunda es que casi todas las compañías cogen tus pagos y los aplican primero al saldo con el menor tipo de interés. Digamos que transfieres 1000 € a una tarjeta al 0%. El interés de esta tarjeta para compras nuevas es de un 13,99%. Este mes gastas 500 € con la tarjeta, y después los pagas cuando llega el recibo. ¿Sigues teniendo un saldo de 1000 € al 0%? No, tienes 500 € al 0% y otros 500 al 13,99%. ¿Por qué? Porque los 500 € del pago se fueron al saldo del 0%, en lugar del 13,99%.

Tu plan: Un par de opciones. Lo más fácil sería no tirar de crédito durante una temporada -transfiere el saldo, pero después no uses la tarjeta hasta que hayas pagado tus deudas. Aún así te seguirán cargando el porcentaje que cobren por la transferencia, pero puede merecer la pena si tu antigua tarjeta tiene un tipo de interés muy alto.

Si tu antigua tarjeta es medianamente decente, puedes hacerte con una nueva que ofrezca, por ejemplo, el 0% en compras durante los primeros 12 meses, y usarla mientras pagas tu antiguo saldo. Haciendo esto, te centras en saldar la deuda con un mayor interés mientras que tus nuevas compras están al 0% y además no pagas el porcentaje por transferencia. En cualquiera de los dos casos, ten en cuenta el 0% de interés nunca dura eternamente y que la factura tarde o temprano llega.

Promesa Nº 4: Tienes un límite de crédito de 3000 €.

La trampa: Aunque por lógica la compañía no debería aprobar compras que sobrepasan el límite de la tarjeta, en realidad te dejará sobrepasarlo, y luego te penalizará.

Tu plan: No pienses en estas compañías como si fueran padres preocupados que te cortan el grifo cuando excedes tu presupuesto. Es tu responsabilidad vigilar los gastos y ser siempre consciente de cuando estás cerca del límite.

Promesa Nº 5: «La compañía se reserva el derecho a modificar las condiciones generales del contrato»

La trampa: A diferencia de las anteriores promesas, esta parte es demasiado desagradable como para que la entidad emisora pueda darle un enfoque positivo, así que tratará de esconderla. En casi todos los contratos de tarjetas de crédito las entidades emisoras se reservan el derecho de cambiar los tipos de interés en cualquier momento y por cualquier razón, incluso aunque no hayas hecho nada para merecerlo. Así que puedes encontrarte en un buen lío se te ocurre.

Tu plan: Ten una segunda tarjeta de crédito antes de que eso pase en lugar de esperar a verte en problemas. No tienes por qué usar esa segunda tarjeta, pero lo último que quieres que te pase es encontrarte con que tus intereses se ponen de repente a un 25% si tu compañía decide jugar duro, y no tienes un plan B.

Si vas a tener tarjetas, debes ser responsable, comprender dónde te estás metiendo, y combatir el fuego con el fuego si tu compañía se decide a hacerte la Pascua. Y si te interesa leer más sobre economía y finanzas y hablas inglés, no te pierdas getrichslowly.org.