Viajar puede ser un placer muy caro, así que nunca viene mal organizarnos y tener en mente algunos pequeños trucos para que no nos acabe costando más de lo que debería.
El primer punto es siempre ahorrar para el viaje. Esta parte no tiene ningún misterio, basta con abrir una cuenta de ahorros dedicada e ir poniendo dinero de forma regular cada semana o cada mes. Eso sí, es importante que hagamos los ingresos según el plan que nos hayamos marcado sin excepciones. Esta es la clave para ahorrar para cualquier objetivo, y un viaje no tiene por qué ser distinto.
Una vez que nos dispongamos a viajar, es esencial que nos llevemos solo el equipaje imprescindible si no queremos pagar sobrecostes. Así que pon encima de la cama la ropa que te quieres llevar y vuelve a guardar la mitad. Es probable que aún empleando esta táctica termines por llevarte demasiada. Otra opción es que hagamos una lista de todo lo que nos tenemos que llevar, un truco que además nos dará la ventaja de no volvernos locos a última hora pensándolo o, lo que es peor, darnos cuenta de que se nos ha olvidado algo importante cuando ya es demasiado tarde.
Ahorrar mientras estamos viajando el un poco más complicado que ahorrar para el viaje. Incluso el plan de vacaciones mejor diseñado está lleno de gastos inesperados. Algunos expertos en finanzas personales recomiendan hacer un presupuesto de un 20% más de lo que hayamos calculado que el viaje nos va a costar para pagar los distintos gastos que nos puedan ir surgiendo.
Parece bastante margen. ¿En qué podemos gastar tanto?
Impuestos y aranceles. Muchos países tienen impuestos y aranceles especiales para turistas. Investigar un poco al respecto nos dirá cuáles pueden ser y así poder hacer planes por adelantado. Para descubrir cuáles son los impuestos, tasas y aranceles locales, lo mejor es consultar en las páginas web del país al que vamos a ir o hablar con nuestra agencia de viajes al respecto.
Necesidades inesperadas. Adaptadores para nuestros aparatos electrónicos, verduras frescas del mercado local, paracetamol… Sabemos que vamos a necesitar cosas mientras estamos de viaje, pero en muchos casos no sabemos el qué, así que no podemos hacer cálculos exactos sobre lo que nos van a contar. Viajar con todo lo que podamos necesitar no tiene sentido, porque nos ocuparían un espacio muy valioso en la maleta. Llevar dinero en metálico para cubrir estas necesidades inesperadas es más fácil que tratar de imaginar todo lo que nos puede ocurrir mientras hacemos el equipaje.
Compras por impulso. Parte de la diversión de un viaje es ver cosas nuevas y tener nuevas experiencias. Algunas de ellas pueden costar más de lo que habíamos pensado. Lo mejor es meter en el presupuesto por anticipado entradas a museos, rutas panorámicas y souvenirs para no encontrarnos al final del viaje contando cada euro que vamos gastar porque al principio nos pasamos.
Emergencias: En muchos países no hay seguridad social, así que te pones enfermo puede que tengas que pagar la atención médica de tu bolsillo. Tener un colchón de dinero confortable mientras viajamos nos permite manejas cualquier emergencia que pueda aparecer.
Está claro que no podemos librarnos de los gastos, pero hay cosas que podemos hacer para mantener los costes al mínimo.
Estar preparados. Un poco de investigación nos dirá qué cosas nos van a salir más baratas en el país que vamos a visitar y cuáles nos van a constar más. Esto es válido para casi cualquier compra, desde ropa de marca hasta gadgets electrónicos.
Llevar la cuenta de nuestros gastos. Especialmente en los viajes largos, apuntar los gastos diarios no dará información sobre si estamos gastando demasiado, sobre todo cuando los comparamos con los presupuestos que habíamos hecho.
Viajar con personas frugales. Del mismo modo que tus amigos influencian la forma en la que gastas en casa, te pueden presionar para que gastes cuando estás de viaje. Una persona frugal como compañera de viaje nos puede ayudar a mantener el gasto a raya.
Conocer nuestras debilidades. Suelo gastar más cuando me estreso o cuando celebro algo. Un viaje puede dar lugar a ambas cosas. Saber esto sobre mí misma me hace comprobar dos veces lo que voy a comprar cuando estoy fuera.
Tomarlo como un juego. Intenta ver cuánto puedes recortar el gasto diario mientras viajas. ¿Puedes pasarte todo un día en un país extranjero si gastar ni un euro? ¿Puedes comer el menú del día en algún barrio en lugar de comer en el hotel?
Tener un objetivo de ahorro en mente. ¿Qué harás con el dinero que no te gastes en este viaje? Tener un premio puede ayudar a que nos mantengamos centrados. Invierte todo lo que dejes de gastar en tu viaje en tu siguiente objetivo.
Por supuesto, para muchas personas, entre las que me incluyo, parte de la diversión de viajar es no ser tan estrictos con el dinero y gastar libremente. Si ahorras lo suficiente antes de marcharte, no hay motivo para no hacerlo.
Pero si disfrutas siendo frugal, tampoco ha razón para que dejes tu costumbres en casa. Ser cuidadosos cuando viajamos refuerza nuestros hábitos financieros, y si vuelves a casa con parte de tus fondos intactos, estarás mucho más cerca de poder hacer tu siguiente viaje.
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One Response to “¿Cómo ahorrar cuando viajamos?”
Souvenirs baratos | Comparativa Bancos
[…] El problema es que todas estas compras cuestan dinero, en ocasiones mucho. En las zonas más turísticas, los precios están puestos para beneficiarse del ánimo relajado de los viajeros. En estas circunstancias, ¿qué puede hacer un turista que desee traerse recuerdos pero mantener sus gastos al mínimo? […]