Queridos inversores, en la vida cotidiana siempre reconocemos que lo que existe en el presente es producto de lo acumulado en el pasado, por lo tanto, se debe tener en cuenta a la hora de realizar valoraciones financieras que circunstancias positivas o negativas nos han traído hasta la situación actual.
En el mundo de la inversión, también se debe conocer el pasado de las empresas cotizadas y el desarrollo bursátil de sus acciones, para observar que conducta puntual han tenido los precios en momentos de tendencias bajistas o alcistas. Por ello, hoy para nuestros “pequeños y medianos inversores”, vamos a realizar una revisión personal dentro de la metodología y psicología del inversor. Preguntándose: “¿Cómo analiza usted sus inversiones?”.
Todo método de estudio sobre la inversión en renta variable requiere de una búsqueda constante para conseguir alcanzar la máxima rentabilidad de la misma, no obstante, en ocasiones el inversor menos experimentado se adentrará en un mundo de gráficos históricos, variables, indicadores y análisis del desarrollo de los títulos en etapas pasadas, que le pueden alejar de la visión clara y realista de la situación económica que puede atravesar la empresa elegida en este momento actual.
Si tenemos en cuenta que las inversiones se realizan con visión y previsión de futuro, no deberemos caer en la tentación de obsesionarnos con lo realizado por unas determinadas acciones en periodos anteriores, más bien, deberemos utilizar esa información como una referencia a añadir a otros conceptos y datos relevantes que nos pueden acercar a descubrir su situación económico-financiera real y lo que es más importante que previsión efectiva tiene de generación de beneficios, así como, el detalle esencial de…¿Qué previsión tiene de reparto de dividendos futuros?
El futuro de una acción es el concepto básico que debemos estudiar para salir con plusvalías de la inversión, el estudio de lo que ocurrió con la misma en tiempo pretérito, no deja de ser algo bueno, pero nunca definitivo para tomar decisiones de compra o venta de un valor.
Es muy común que muchos pequeños inversores o aspirantes a serlo, se fijen de manera obsesiva en los precios alcanzados por una acción determinada en el periodo de su serie histórica, pensando erróneamente que el valor volverá de manera inexorable a alcanzar los niveles anteriores. Desconociendo el motivo por el que los títulos han bajado considerablemente desde los máximos marcados hace semanas, meses e incluso años atrás.
Las cotizaciones de las acciones de Bolsa, están sometidas diariamente a variaciones y oscilaciones fruto de diversos motivos o incidencias. Veamos algunos de ellos:
- La normal especulación: El mercado es soberano, por lo tanto los inversores aprovechan cualquier oportunidad para “sobrecalentar el valor” o lo contrario, con el fin lógico de especular con los precios y conseguir por el camino sus propios beneficios.
- Niveles de soportes o resistencias: Cuando los precios alcanzan unas determinadas cotas técnicas, estos, tienden a caer si no son capaces de superar las resistencias, así como, pueden “rebotar” si el mercado considera que han llegado a buscar apoyo creíble en unos soportes calculados o “respetados” con anterioridad.
- Cambio en el crecimiento o decrecimiento del negocio: Las noticias generadas sobre las empresas y los hechos relevantes publicados por la Comisión Nacional del Mercado de Valores –CNMV– fluyen a diario por los parqués y afectan directamente al sentimiento de los accionistas de las mismas, ocasionando situaciones de gran volatilidad y miedo, no siempre bien motivadas.
COMENTARIOS Y CONSEJOS
La experiencia nos dice que muchos de los “grandes batacazos bursátiles”, se originaron cuando el consenso del mercado afianzaba las conductas especulativas de los pequeños inversores, consiguiendo entrar estos, en una vorágine creadora de las famosas burbujas especulativas del tipo tecnológico, financiero o inmobiliario.
Los inversores como seres humanos que somos, en ocasiones necesitamos que nuestras propias conclusiones técnicas sobre los valores o índices motivo de inversión, estén respaldadas de alguna manera por la mayoría inversora -como síntoma de afinidad y consenso gratificante- que nos puede llevar a asumir mayores riesgos de los previstos en un principio. Apoyados por una actitud de sociabilidad conformista sustentada solamente por la opinión pública o mediática del momento.
A la pregunta inicial para el participante en los mercados de: “¿Cómo analiza usted sus inversiones?”, deberá responderse cada inversor de manera realista, franca y estando psicológicamente preparado para reconocer su propio grado de capacidad técnica o nivel emocional inversor. Llegados a este punto del artículo, queda claro que tener una “actitud borreguil” o mentirse a uno mismo, nos puede convertir rápidamente en perdedores de forma radical, ya que las bolsas de valores están diseñadas para que los errores se paguen caros y más, si los comete de forma casi voluntaria…¡¡¡el propio inversor!!!
(Ver artículos “7 preceptos para invertir en Bolsa” y “Los principales errores del inversor”).
La frase elegida para este artículo dice así: “Mi conciencia tiene para mí más peso que la opinión de todo el mundo”, Marco Tulio Cicerón.
Nosotros en Consejos de Bolsa, seguiremos la actualidad y las particularidades de los mercados para lectores como usted. Esto será otro día.