Las entidades de crédito españolas se han dado cuenta que los ciudadanos quieren comprar su propia vivienda. A pesar del esfuerzo del gobierno y a pesar de la escasez de medios para la adquisición, la cultura española es la de compra y no la de alquiler.
Por ese motivo, los bancos y cajas se han lanzado al vacío, sin red de protección, a la caza del endeudamiento de los ciudadanos, y para ello inundan el mercado con una gran variedad de ofertas de hipotecas.
Porque las ofertas de hipotecas se han convertido en un elemento más del paisaje urbano de las ciudades españolas. Paseando por la Gran Vía de tu ciudad seguro que has visto a Matías Prats alabando las mejores ofertas de hipotecas del mercado español. Viendo la televisión te habrás hartado de ver a una parejita feliz disfrutando de su oferta de hipoteca, y así en una sucesión inacabable.
Una cuestión está clara: todas las entidades crediticias no paran de lanzar ofertas de hipotecas.
Sin embargo, estas ofertas de hipotecas no son siempre tan provechosas como parecen, y deben de ser analizadas con detenimiento para evitar que una atrayente oferta lleve consigo una obligación o una comisión descrita tan solo en la letra pequeña del contrato.
Por ello, al analizar las ofertas y gastos de hipotecas de las entidades financieras, hay que prestar especial atención a los siguientes aspectos:
- Comisión de apertura: en ocasiones va incluida en el tipo de interés, pero en otras ocasiones no es así, y un bajo tipo de interés lleva asociado una elevada comisión de apertura, ya que, simplemente se ha desglosado de éste.
- Comisión de cancelación (parcial o total): los datos estadísticos confirman que el número de personas que concluyen los plazos de amortización de un préstamo hipotecario es mínimo, por lo que a la hora de comparar ofertas de hipotecas, es de vital importancia prestar atención a esta variable.
- Diferencial: pudiera suceder que una entidad de crédito ofreciera el tipo de interés más bajo del mercado, para después negociar con un diferencial elevado.
Por otro lado, a la hora de analizar las mejores ofertas de hipotecas, hacer una visita a Internet se ha convertido en una cita ineludible. Bien es cierto, que la red ofrece un trato menos directo e individualizado, pero eso queda compensado por unas mejores condiciones, debido a que los costes operativos de las entidades de crédito en este tipo de operaciones son menores.
Por tanto, las ofertas de hipotecas están ahí, y deben ser aprovechadas por el ciudadano, pero, sin embargo, no es oro todo lo que reluce, y una oferta muy atrayente puede llegar de la mano de unas condiciones ocultas poco favorables para el cliente. Entonces, ofertas sí, pero con cuidado.