En el pasado, he tenido trabajos mal pagados y estresantes, y durante mucho tiempo apenas podía llegar a fin de mes. Además, compraba montones de cosas que no me podía permitir porque me hacían sentir mejor, al menos durante un rato.
A día de hoy, tengo una relación completamente distinta con el dinero. No siento que tenga que llevar a cabo una batalla constante con él – al contrario, es algo que trabaja en mi beneficio. Aquí os pongo cinco ejemplos para explicar cómo veo este cambio.
Dejas de pagar intereses y comienzas a ganarlos. Todos los que tienen que pagar los intereses de sus deudas cada mes saben que, en esta situación, el dinero parece desaparecer en un pozo sin fondo. En la actualidad, mis únicos pagos mensuales se van en la vivienda. Además, al tener una cierta cantidad de dinero ahorrada e invertida generando intereses, he empezado a ver cómo la cuenta que tengo designada para su pago empieza a crecer de forma significativa. Los intereses ya no son un enemigo, sino un amigo.
Dejas de preocuparte por el dinero y comienzas a usarlo como herramienta. Me he pasado muchas noches en vela preocupada por el dinero, maquinando formas de conseguir más para lograr seguir a flote. Ayer me llegó una factura domiciliada que acabo de pagar, y no he sentido nada. Ni preocupación ni estrés.
Ya no tengo que hacer grandes recortes ni trabajar horas de más por culpa de la factura de la luz, ni dejar de pagar una deuda para cubrir otra.
Dejas de tener miedo al futuro (o no pensar en él) y empiezas a tener ilusiones. La verdad es que en el pasado intentaba pensar en el futuro lo menos posible. Me parecía deprimente. Creía que era imposible escapar del umbral de la pobreza y la angustia permanente. La idea de la vejez solo añadía más leña al fuego. En la actualidad, me sorprendo a mí misma haciendo planes a diez o veinte años.
Dejas de correr de un lado a otro apagando fuegos y comienzas a perseguir tus objetivos. En lugar de ahorrar para conseguir lo que quería, la mayor parte de mi dinero se iba en apagar fuegos: intereses, penalizaciones por retrasos, etc. Una vez que he salido de ese círculo vicioso, ahorrar se ha convertido en una tarea mucho más sencilla.
El dinero ya no sirve solo para tapar los agujeros que aparecen por culpa de mis malas decisiones económicas, sino para pavimentar mis sueños. Ya no paso todo el tiempo tratando de enmendar errores, sino construyendo el futuro que deseo.
Dejas de intentar conseguir lo que no está a tu alcance y empiezas a disfrutar de lo que puedes permitirte. Si te ves inmerso en un ciclo de gasto impulsivo, es difícil hacer tiempo para disfrutar de lo que ya tienes. Compras cosas, y después compras aún más cantidad de cosas sin haber tenido tiempo de usar las que acabas de comprar. Empiezas a acumular trastos y más trastos que no usas, y cada vez sientes más el estrés generado por la presión financiera a la que tú mismo te sometes. Puedo decir que hoy he tenido la satisfacción de no hacer ningún gasto, y que he disfrutado de lo que ya tengo en todos los sentidos.
¿Para qué comprar más DVDs si tienes ya montones de ellos? ¿Para qué comprar más videojuegos, si apenas has jugado con los que tienes? Si las cosas que has comprado ya no te gustan o te aburren, ¿por qué no venderlas o cambiarlas antes de salir de compras otra vez?
Al final, todo se reduce a decisiones sencillas que tomamos todos los días. ¿Qué preferimos, gastar nuestro dinero comprando cosas nuevas o disfrutar de las cosas y las oportunidades que ya están a nuestra disposición? Cuantas más veces optemos por la segunda opción, más fácil nos resultará lograr la estabilidad financiera y, una vez conseguida, empezar a construir nuestro futuro. Decisiones sencillas, pero que cambian nuestra vida.
Si sabes inglés puedes leer más artículos como este en thesimpledollar.com.
2 Responses to “Cómo cambian las finanzas personales cuando empezamos a tener éxito”
Raúl
Gracias Eva, gran articulo.El otro dia me falló la televisión y me compré una nueva, la verdad es que ya tenia 11 años , pero lo peor de todo es que me costó un montón gastarme 500 € ,estoy logrado ahorrar y cada dia mi economia cada dia esta mejor ,pero creo que tampoco hay que sentirse mal por ello ¿Qué pensais?
Eva
Hola Raúl:
Para nada, aunque yo a veces me siento mal, no lo puedo evitar. Estoy trabajando en ser un poco más distendida. Opino que si nuestras finanzas están saneadas y vamos a comprar un producto que necesitamos o sabemos que realmente vamos a usar, estamos en un buen momento para comprar sin sentirnos culpables. De hecho, yo estoy en la misma situación con una televisión y debería dejar de posponer la compra y lanzarme.
Un saludo.