La vida de cualquier individuo suele estar llena de deseos de todo tipo como pueden ser los vitales, de salud, laborales, familiares o de negocios y status social. Para poder conseguir estas metas a lo largo de su desarrollo humano deberá adoptar unas conductas y realizar unos esfuerzos psicológicos en pos de alcanzar los objetivos buscados, entre los que hoy, para nuestros pequeños y medianos inversores destacaremos las llamadas metas financieras.
Si consideramos que alcanzar una meta vital significa conseguir llegar a un estado de confort y bienestar humano, deberemos conocer que todos los inversores para llevar a éxito y con un final feliz una meta financiera necesitaremos una motivación dirigida al objetivo de lograr una buena rentabilidad por nuestra inversión y para ello, pondremos en práctica diversos procedimientos de esfuerzo mental, técnico y personal a la hora de preparar y diseñar las estrategias adecuadas que mediante el esfuerzo y sobre todo la persistencia, nos enfrente al desafío dinerario que supone la participación en los mercados de renta variable.
METAS FINANCIERAS: ESFUERZOS Y RECOMPENSAS
La palabra compromiso es muy importante para aceptar el reto de conseguir una meta financiera, el gran esfuerzo que esta requiere motivará al inversor y si además, la meta es conocida por otros, como puedan ser la familia o los amigos generará un alto grado de responsabilidad y expectativas que nunca desearemos llevar al fracaso, por lo que lucharemos en su positiva consecución implicando todas nuestras habilidades de manera responsable y concienzuda hasta lograrla.
La recompensa a todo este sacrificio psicológico personal vendrá de la mano de las plusvalías, rentabilidades y ganancias de más dinero en general, pero a su vez, nos sentiremos especialmente satisfechos personalmente desde el punto de vista emocional y de refuerzo mental ante los retos superados, lo que nos llevará a seguir afrontando otros más complejos y también más beneficiosos para nuestros intereses.
PROCESO PARA ALCANZAR LAS METAS FINANCIERAS
Toda participación financiera en los mercados que suponga una evidente intención de rentabilizar adecuadamente el capital destinado a la inversión requiere de un proceso psicológico formativo por parte del inversor, tan importante como lo puedan ser las distintas operativas, diversificación de activos, elección de bróker, selección de empresas cotizadas y estrategias técnicas diseñadas para sacar beneficio de los mismos. Veamos en qué consiste este proceso para lograr dichas metas financieras:
- Esfuerzo mental: Este esfuerzo será de tipo intencional y de alta positividad en el convencimiento personal de alcanzar la meta elegida y en él entrarán las distintas estrategias psicológicas para logarlo.
- Acciones operativas: Las distintas circunstancias y vaivenes en el desarrollo de la inversión nos obligará a reaccionar de forma efectiva y emocionalmente estable para corregir los posibles errores cometidos.
- Ajustes de corrección: ¡No pasa nada! … Por reconocer personalmente un fallo en la estrategia inversora, lo último que debe hacer un inversor novel es “agachar la cabeza y seguir erróneamente invertido”, cuando puede verificar claramente que su apuesta en el mercado ha sido fallida. Transformar un error en aprendizaje es vital para conseguir con una buena formación inversora.
Deberemos ser conscientes de los terrenos en los que nos metemos, ser realistas con nuestras capacidades y entender que una meta soñada y llevada a efecto mediante una buena estrategia previa se convertirá en un loable deseo. Por el contrario, la búsqueda de una meta sin haber realizado un responsable y calculado plan de inversión se convertirá claramente y en muy poco tiempo en una ilusión de origen fantástico.
Para empezar con buen pie o poder mantenerse de manera exitosa en este mundo tan complejo de la inversión será muy conveniente y acertado, primero aprender: ¡¡Cómo conseguir una meta financiera!!
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La frase elegida para este artículo dice así:
El fracaso es, a veces, más fructífero que el éxito.
Henry Ford –Empresario industrial-