Cómo enfrentarse a las críticas

¿Cuánta gente conoces que no tiene ningún problema en criticar tu peso? A mí me pasa continuamente. Si gano un par de kilos, siempre hay alguien dispuesto a decirme: “¡Ooooh, estás engordando!”. Si pierdo ese mismo par de kilos, también encuentro gente dispuesta a contribuir: “¡Has adelgazado! ¡Ten cuidado con eso, no vayas a ponerte anoréxica!” Lo más gracioso es que suelen ser las mismas personas las que hacen ambos comentarios.

Mi pareja practica el body building y va al gimnasio varias veces por semana. Tiene un cuerpo realmente estupendo, pero aún así le ocurre lo mismo. Se encuentra con gente que le dice que ha ganado o perdido peso, que se está pasando con esto o con aquello: demasiado músculo, demasiado delgado, demasiado ancho…

Y son precisamente las personas que están realmente pasadas de peso o muy delgadas y sin tono muscular las que hacen este tipo de críticas, mientras que otros con un cuerpo cuidado o dentro de la media nunca dicen nada negativo sobre nuestro aspecto.

Lo cierto es que todo el mundo tiene una opinión, y somos nosotros los que tenemos que elegir con sabiduría a quién escuchar — y a quién ignorar educadamente. Si no elegimos correctamente y escuchamos a las personas equivocadas, nuestra vida, nuestras relaciones, nuestra carrera  profesional y nuestra autoestima pueden correr un serio peligro.

¿Por qué critica la gente?

Por muchas razones. Si en una reunión se está hablando de la mejor forma de construir una granja de paneles solares, la mayor parte de los presentes no dirá nada, porque es un asunto muy especializado y no saben qué decir. Pero si nos enfrentamos a una decisión más sencilla — ¿de qué color debería pintar las habitaciones? — TODO EL MUNDO te dará su opinión, incluso personas incapaces de combinar correctamente el color de sus pantalones con el de su camisa.

Hay personas que critican de una forma realmente patológica. Son el tipo de individuos a los que nunca oirás un comentario elogioso o positivo acerca de nadie. La única opción con ellos es ignorarlos… y recomendarles un psicólogo. Si caes en el error de de hacerles caso, el que terminará necesitando ayuda profesional probablemente seas tú.

¿Cómo enfrentarse a las críticas?

Tenemos que ser conscientes de que siempre vamos a recibir consejos que no hemos solicitado, pero lo que cuenta es nuestra razón. Los principiantes se frustran muy rápido e intentan contraatacar con la frase más típica del libro: “¡Mamá, déjame, ya soy mayorcito para saber lo que hago!”

Los mejores profesionales siempre tienen un plan para el feedback que reciben, y lo solicitan de forma activa. Si reciben las opiniones de la gente a través de Internet, cuentan de antemano con el grupo que va a poner en duda su producto, los simpáticos trolls y los que directamente se muestra escépticos.

La verdad es que siempre hay personas que están decididas a sentirse ofendidas hagas lo que hagas, o a hacerse las víctimas, o a asumir el rol de adversarios contra ti.

Ante todo esto, hazte una pregunta: ¿está la persona que te critica en una posición a las que te gustaría llegar? ¿Me está aconsejando sobre mi vida amorosa una amiga que no es capaz de mantener una relación más de tres meses seguidos? ¿Me voy a comprar el libro “Cómo ser un empresario de éxito” escrito por un desconocido que, tras buscar información sobre él en Google, descubro que ha quebrado todos sus negocios?

Recuerda siempre que dar una opinión sale muy barato. Todo el mundo tiene una porque es muy fácil señalar las cosas que estás haciendo mal, o lo que deberías pensar.

“¡Trabaja en lo que realmente te gusta!”

“¿El trabajo ideal? ¡Tendrás suerte si consigues uno, tal y como están las cosas!”

“Tienes que tener claro en qué gastas tu dinero cada mes”.

“Comprar una casa es la mejor inversión que puedes hacer”.

“El primer paso son los medios sociales”.

Todas las frases anteriores pueden sonar lógicas y ser consejos dados con buena intención pero, ¿están las personas que hacen estos comentarios capacitadas para dar consejos útiles? ¿Están dándote consejos superficiales (“¿medios sociales?”) o son capaces de profundizar y proporcionarte ejemplos de lo que quieren decir?

No tienes que escuchar a todo el mundo. No debes dar la misma importancia a todas las opiniones. No dejes que las críticas destructivas te limiten.