La Bolsa española con su índice más representativo a la cabeza –IBEX35– desde los primeros días de septiembre del 2014, donde alcanzó la resistencia de los 11.249 puntos, estuvo corrigiendo niveles hasta mínimos en los 9.370 puntos marcados en la mitad de octubre de 2014 y desde entonces tras rebotar hasta los 10.900 puntos en diciembre, progresivamente con los precios de la mayoría de las acciones (salvo excepciones puntuales), en descenso de forma escalonada pero reiterada.
Estas últimas semanas, los mercados de renta variable se ven presionados por los conflictos bélicos en el Este de Ucrania, la constante, dilatada y actual crisis de las finanzas griegas en la zona euro, la ralentización del crecimiento económico en las economía comunitarias y el exceso de caída del precio del crudo que perjudica los resultados de empresas petroleras e inversiones hispanas en sus países productores. Todo este coctel de riesgos financieros inciertos se ve agudizado en España, por las incertidumbres políticas generadas ante un año eminentemente electoral que como suele pasar en este mundo financiero crea la sensación de inestabilidad y riesgo importante de mayores caídas bursátiles.
Ante este panorama, la pregunta que se hacen estos días los pequeños y medianos inversores (entre otras) es la siguiente: ¿Cómo invierto ahora ante este riesgo bursátil? Son muchos los análisis técnicos y las recomendaciones de los analistas que diariamente se publican con diferentes puntos de vista según sean sus posicionamientos alcistas o bajistas además, de los habituales “agoreros” que predican de forma periódica e interesada los mayores apocalipsis para los mercados de valores.
Para poder sobrevivir al ruido mediático, los inversores en su operativa y estrategia personal deberán tener presentes algunos consejos para llegar a conseguir rentabilizar sus inversiones con éxito. Veamos en qué consisten:
- Proteger nuestra cartera de inversión: Es prioritario proteger la inversión con la utilización de Stop Loss o productos derivados como puedan ser las opciones, warrants o futuros (siempre asesorados por profesionales), con este tipo de instrumentos financieros se podrán compensar y atenuar las futuras posibles pérdidas en el precio de los activos.
- Cortar las pérdidas excesivas: Si es el caso, además de utilizar los Stop de protección para algunos valores se deberán vender las acciones que registren pérdidas actuales que superen el 20% o 25 %, para hacer caso de la famosa y esclarecedora máxima bursátil que dice: ¡Más vale perder que…Más perder!
- Cambiar de activos financieros: Cuando la inversión dineraria se haya realizado por la compra de participaciones en fondos de inversión de renta variable (por ejemplo), será conveniente pasar dicho capital o parte de este a otros fondos con menos exposición y menor riesgo. Debemos recordar, que al pasar el dinero de un fondo a otro sin rescate no se tienen que “sacar cuentas con Hacienda”.
Como solemos repetir de forma habitual en esta sección de Consejos de Bolsa, las buenas oportunidades de inversión se producen cuando el mercado está a la baja, volátil y la presión ejercida por las manos fuertes sobre los pequeños inversores hacen que muchos de estos últimos, en situación de miedo bursátil se desprendan de los títulos que fácilmente pasadas unas semanas pueden volver a la tendencia alcista principal y a la recuperación de precios, con la consiguiente sensación de engaño, rabia y actitud psicológica negativa futura ante la personal falta de seguridad inversora.
En situación de caídas en las Bolsas, saber distinguir entre un buen valor bursátil cuyas acciones lógicamente corrigen de precio hasta alcanzar anteriores soportes técnicos, a otro valor cotizado, que ve bajar sus títulos por problemas empresariales o financieros, es lo que marcará la diferencia entre realizar una adecuada apuesta inversora aprovechando las bajadas de precios y “comprar barato un chicharro”, que a la larga e incluso muy a corto plazo éste último, se nos antojará y finalmente resultará para nuestros bolsillos… ¡¡Excesivamente caro!!
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La frase elegida para este artículo dice así:
El sabio no se sienta para lamentarse, sino que se pone alegremente a su tarea de reparar el daño hecho.
William Shakespeare