Cómo proteger tus cuentas de ahorro de ti mismo

Algunas personas nunca llegan al punto de decidirse a poner dinero en una cuenta de ahorros o un fondo de emergencias. Hay gente que ni siquiera llegan a abrir una simple cuenta de ahorros. Otros dan por fin el paso y ahorran dinero, pero al final terminan sacándolo dejando la cuenta vacía. Podemos pasarnos años aumentando el saldo de nuestra cuenta de ahorros y, en un momento de debilidad, deshacer todo el camino andado con una compra frívola o excesivamente cara. No importa cuál sea la circunstancia, el resultado final es que los que se está interponiendo entre el ahorro y nosotros… ¡somos nosotros mismos! Cuantas más barreras podamos construir para dificultarnos el acceso a nuestros ahorros (a menos que realmente necesitemos ese dinero), mayores serán las probabilidades de que tengamos un dinero al que recurrir en caso de necesidad.

Barreras para acceder a nuestros ahorros

En primer lugar, podemos emplear la estrategia de abrir varias cuentas de ahorros destinadas a distintos objetivos o gastos. Algunas pueden estar destinadas a necesidades del corto plazo o caprichos, mientras que otras cuentas son para los objetivos de ahorro a largo plazo. Por lo tanto, es posible que tengamos una cuenta de ahorros destinada al nuevo televisor que estamos deseando comprar, mientras que otra cuenta está estrictamente destinada a un fondo de emergencias. En esencia, esta es la base con la que podemos trabajas para construir barreras.

Una vez que hayamos completado este paso, dificultemos al máximo el acceso a esas cuentas. Para empezar, lo mejor es vincular el menor número posible de cuentas con tarjetas de crédito. También podemos colocar dichos ahorros en depósitos a plazo u otros instrumentos de inversión. El caso es dificultar lo más posible el acceso a los fondos, excepto para usarlos en el objetivo o gasto que les habíamos asignado. Obviamente, necesitamos tener un fácil acceso a sus ahorros del fondo de emergencias en el caso de que los necesitemos. Podemos optar por acceder al dinero de esa cuenta de ahorros mediante una transferencia a nuestra cuenta corriente. En muchas ocasiones, esta transferencia puede tardar entre uno o dos días hábiles, lo cual crea una barrera que nos permite reflexionar si vamos a hacer un gasto por impulso.

La creación de múltiples cuentas y la asignación de un propósito a cada una de ellas cambiar la forma en que enfocamos nuestro ahorro. Al final, el acto de crear y gestionar múltiples cuentas de ahorro es más un cambio de mentalidad que una fórmula para ahorrar más dinero o recortar gastos para conseguir liquidez adicional.

Para los objetivos de ahorro a corto plazo (como las vacaciones), son recomendables las cuentas de ahorros online. Un banco como ING DIRECT nos permite crear múltiples cuentas de ahorro, por lo que podemos asignar un objetivo diferente a cada una de ellas.

Otra fórmula muy interesante la tenemos en los planes de pensiones, que al igual que algunos depósitos a plazo, contemplan penalizaciones si sacamos nuestro dinero antes de tiempo. Esta es una barrera enorme que la mayoría de los ahorradores respeta, porque a nadie le gusta perder dinero.

Esta estrategia no tiene por qué ser la más adecuada para todo el mundo. Más bien va dirigida a personas que tienen problemas para dejar que sus ahorros crezcan sin gastárselos en un momento de debilidad. Si además la combinamos con un traspaso de dinero mensual desde nuestra nómina, veremos como nuestros ahorros comienza a crecer en poco tiempo.

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