Cómo reemplazar malos hábitos financieros por buenos hábitos

Como decía Aristóteles: «Somos lo que hacemos una y otra vez… La excelencia, por tanto, no es un acto, sino un hábito». Si esto es verdad, tiene sentido que nuestros problemas financieros, si es que los tenemos, provengan sustancialmente de nuestros hábitos.

Los malos hábitos financieros nos llevan a gastar más de la cuenta, a contraer demasiadas deudas, a tener una casa llena de cosas que no necesitamos, de facturas que no podemos pagar y de saldos bajos en nuestras cuentas de ahorro. Si tienes alguno de estos problemas, no es por falta de disciplina o conocimiento -es probable que la causa esté en tus hábitos financieros.

crucePero hay una buena noticia: esos hábitos se pueden cambiar si usas las técnicas adecuadas. Yo lo hecho, y también muchos otros. Vamos a repasar algunas de estas técnicas.

Malos hábitos financierosSiempre es bueno comenzar por conocer más en profundidad nuestros propios hábitos -¿qué has hecho repetidamente que te haya llevado a tu situación financiera actual? Algunas ideas:

Compras impulsivas.
Uso excesivo de las tarjetas de crédito o de otros tipos de deuda.
No pagar las facturas a tiempo.
Comprar cosas innecesarias.

Puede que tengas distintos hábitos financieros que quieras cambiar. Haz una lista de ellos y después concéntrate en identificar lo que los provocan.

Qué provoca nuestros hábitosCada hábito viene precedido de una conducta que lo provoca: otro acto que le precede de forma inmediata en el tiempo y que causa la necesidad de caer en el hábito. Por ejemplo, puedes tener el hábito de hacer ejercicio nada más levantarte -es decir, levantarte por las mañanas provoca el acto de hacer ejercicio. Puede que siempre te laves los dientes después de ducharte -por lo tanto, darte una lucha te lleva a lavarte los dientes. Puede que fumes tras consumir alcohol o tomar café, o tras acontecimientos estresantes.

El mejor acto para generar un hábito diario es uno que ocurra cada día, y que ya esté firmemente anclado en nuestra rutina diaria. Como ejemplos podemos hablar de levantarnos de la cama, tomar el desayuno, comer o cenar, ducharnos, cepillarnos los dientes, hacer la cena, prepararnos para ir a dormir, llegar al trabajo, y un largo etc. -cualquier cosa que ya esté en tu rutina habitual.

Los hábitos financieros son provocados por diferentes circunstancias en cada persona, pero es importante identificar cuáles son. Cuando te des cuenta de que has caído en alguno de tus hábitos, piensa en lo que pasó justo antes. ¿Estabas en algún sitio online y sentiste la necesidad de comprar algo? ¿Estabas viendo la televisión o en el supermercado? Puede que tengas varios factores desencadenantes de tus hábitos -apúntalos todos.

Hábitos positivos que reemplacen a los negativos

No puedes simplemente eliminar los malos hábitos financieros -tienes que encontrar hábitos mejores para reemplazarlos. Algo tiene que ocurrir cuando los factores que desencadenan tus hábitos se produzcan -y es mejor tener un hábito positivo para reemplazar al negativo cuando ocurra.

Así que el siguiente paso es descubrir cuáles van a ser esos nuevos hábitos positivos para cada uno de los actos que desencadenaban los antiguos hábitos. Algunas buenas ideas serían:

Hacer ejercicio, ordenar las cosas o jugar con los niños, en lugar de comprar.
Ahorrar hasta que tengas dinero para hacer la compra en lugar de tirar de tarjeta de crédito.
Usar la regla de los 30 días para todas las compras no esenciales (no puedes comprar nada que no esté en tu lista durante por lo menos 30 días).
Pagar tus facturas inmediatamente o domiciliarlas.
Dedicar 20 minutos a la semana a actualizar tu registro financiero.

Creando nuevos hábitos

Una vez que ya has identificado tus malos hábitos y los hechos que actúan como disparadores, y hayas decidido cuáles son los hábitos positivos que reemplazarán a cada uno de los negativos, es el momento de empezar a crear nuevos hábitos.

El mejor modelo para hacer esto es con un reto de 30 días. Comprometerte contigo mismo a ser tan constante como puedas durante un mes. Cada día, cuando ocurra alguno de los disparadores, lleva a cabo uno de los nuevos hábitos sin falta. Cuanto más constante seas a la hora de vincular el disparador con el nuevo hábito, más fuertemente arraigará.

Otros principios importantes para crear nuevos hábitos:

Un solo hábito. Céntrate en reemplazar sólo uno de tus hábitos financieros cada vez durante ese reto de los 30 días -intentar abarcar dos o más hábitos al mismo tiempo hará que disminuyan tus posibilidades de éxito. Puedes trabajar en un segundo hábito en los siguientes 30 días tras el primer reto, y luego en el tercero y así sucesivamente.

Empieza por lo más pequeño. No trates de convertirte en una nueva persona de la noche a la mañana. Ve aumentando de forma progresiva, una vez que te hayas acostumbrado a los cambios más pequeños.

Comprométete públicamente. Intenta que la mayor cantidad de gente posible sepa lo que intentas hacer -amigos y familia, publícalo en tu blog, en Twitter o en Facebook, etc. Esto te motivará. Informa de tus progresos a todos cada día durante el tiempo que dure el reto.

One Response to “Cómo reemplazar malos hábitos financieros por buenos hábitos”

  1. marco

    !gracias!

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