Acaba el segundo mes del presente año 2015 y en España, la apuesta de los pequeños y medianos inversores por la renta variable se hace cada día más evidente en los mercados de valores, alcanzando los principales índices de las bolsas niveles cercanos a los máximos marcados a mitad del pasado año 2014.
Ante este buen panorama financiero que disfrutamos de subidas en los precios de la mayoría de las acciones cotizadas en las empresas que componen el índice IBEX35, es momento adecuado para plantearse algunos conceptos básicos y reflexionar sobre las propias estrategias inversoras, así como recordar, cual es nuestro perfil en el mercado a la hora de asumir riesgos y qué actitud tomaremos en la búsqueda de la mayor rentabilidad posible por nuestros ahorros o capital. La actual situación de intento de ruptura de resistencias (si no se superan pronto), hace que el riesgo y la volatilidad puedan aparecer en un periodo temporal muy cercano, por lo que no se debe bajar la guardia ante posibles y lógicas correcciones en la Bolsa hasta niveles inferiores de soporte.
Con un entorno de mínima rentabilidad en los depósitos a plazo y la renta fija, es cuando muchos inversores noveles (hasta ahora ahorradores), se ven asesorados y abocados a participar de forma imprevista y no siempre deseada, en productos financieros que contengan unos pequeños porcentajes de renta variable, para así, poder alcanzar rentabilidades del 2%, 3% o 4% anual en el mejor de los casos.
Cuando el pequeño ahorrador se ve “obligado a invertir” vía fondos de inversión de renta mixta o productos estructurados referenciados a índices o valores determinados, la pregunta que le surge suele ser la siguiente: ¿Valdrá la pena asumir riesgos para alcanzar estas rentabilidades?
CONSEJOS PARA NUEVOS INVERSORES EN RENTA VARIABLE
Vayamos por partes, para saber si es adecuado realizar una apuesta de mayor riesgo bursátil es prioritario en estas fechas analizar algunas de las actuales situaciones económicas, políticas y financieras comunitarias, como son los mínimos tipos del Banco Central Europeo –BCE- que se presume durarán bastante tiempo por lo que las rentabilidades en renta fija seguirán siendo muy escasas. En el terreno político, la aceptación del acuerdo sobre la Deuda entre el gobierno griego y sus acreedores calma (de momento), la tensa situación y volatilidad generada hace unas semanas en los mercados bursátiles. Por último, en el lenguaje coloquial que solemos utilizar en esta sección de Consejos de Bolsa, “el dinero en las manos de los consumidores”, está generando que el consumo vaya en aumento, las empresas mejoren sus resultados de beneficios, el índice de paro (todavía excesivo) disminuya progresivamente y se constate, una incipiente salida de la crisis con crecimientos del PIB español por encima de los previstos hace un año por el BCE o el FMI.
Sin caer en el optimismo radical y siendo conscientes de los riesgos económicos que todavía penden de una economía como la española, es evidente, verificable y real, que la prima de riesgo está por debajo de los 100 p.b, que ahora se paga menos rentabilidad por el bono español que el de USA y las empresas que cotizan en la Bolsa presentan resultados muy positivos con previsión de mejora para este año. Todo esto, nos lleva a pensar que actualmente la renta variable española está dando muy buenas rentabilidades y que lo seguirá haciendo durante más tiempo.
Llegados a este punto, el futuro pequeño inversor novel deberá plantearse si vale la pena asumir un cierto riesgo financiero para esto necesitará conocer personalmente: ¿Cuáles son sus expectativas de rentabilidad?
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La frase elegida para este artículo dice así:
En la mayoría de los casos la ignorancia es algo superable. No sabemos porque no queremos saber.
Aldous Huxley