Cada vez son más los que comparan esta crisis con la del 29, pero esta tiene una pecularidad que no existía hace casi 80 años.
La comunicación.
Hace 80 años no se disponía de internet y mientras que hoy estamos informados instantáneamente de cualquier acontecimiento antes había que esperar, por lo que el periodo de incubación para una tragedia es mucho menor. Y una de las principales causas es el miedo, el miedo al sistema y la inseguridad en el ciudadano de a pie.
Es un círculo vicioso, tengo miedo, no invierto; no invierto, menos dinero en los bancos; menos dinero en los bancos, bajada de acciones; y vuelta a empezar. Y desde luego de una forma mucho más acelerada de lo que nunca antes haya pasado.
Es por esto por lo que a veces ocurren cosas como la nacionalización de los seguros en Argentina. A nivel económico no es nada bueno, nada como una entidad privada para gestionarlos pero sin embargo, es una inyección de seguridad -relativa- para los ciudadanos. Sabiendo de esta forma que el Gobierno está respaldando su futuro.
Por otro lado, mientras que antes todos teníamos que ir a nuestras oficinas a retirar el dinero, ahora en sólo 10 minutos un banco podría perder fácilmente la práctica totalidad de sus activos. Las operaciones a cada lado del charco tienen repercusión mundial y la velocidad con la que todo puede caer es enorme.
EEUU, Europa, China, Japón, todo está interconectado y esto es una ruleta que funciona 24 horas al día en cualquier punto del globo y una vez encencidad la mecha podría no tener fin. Cuándo ocurra esto está por ver pero desde luego los indicadores no son nada buenos.
Hagan juego señores.