Cuando un inversor se convierte en empresario

Cuando se tiene una idea empresarial brillante, un plan de negocio sólido y se realiza una buena trayectoria de gestión consiguiendo que el proyecto inicial salga adelante, el nuevo empresario innovador, puede llegar a un punto financiero donde para seguir avanzando necesite la ayuda de un “socio inversor- capitalista”.

El nuevo socio, que puede ser un “pequeño o mediano inversor”, podrá aportar experiencia, contactos y especialmente dinero, por lo que puede ser una alternativa muy válida ante la habitual solicitud de crédito a las entidades bancarias. Este tipo de aporte financiero se distingue en que entonces existirá una asociación con el negocio del cual participarán ambos, compartiendo por ello, los beneficios obtenidos o asumiendo en el porcentaje previamente acordado las posibles pérdidas generadas por su actividad empresarial.

Una vez que el nuevo emprendedor utiliza esta vía distinta de financiación, huyendo de los créditos bancarios “de toda la vida”, a los que siempre se les aplica una tasa de interés, unas condiciones y un plazo determinado para su devolución. Éste se convierte en buscador de capital, pero a la vez, de personas que se asocien en un proyecto de negocio en el cual cree y estará dispuesto a ceder una parte de su empresa, en la búsqueda de una sociedad estratégica que le aporte lo que ninguna entidad financiera le puede dar.

La decisión meditada por parte del “pequeño empresario” de no endeudarse en el circuito bancario y, por el contrario, buscar un socio inversor, es un paso muy importante que le puede permitir la ampliación futura de su negocio, su expansión nacional o internacional, la consecución de mayores beneficios y el éxito psicológico-personal de su proyecto. Todo se puede englobar en un “sueño de negocio a largo plazo” y que puede llegar a ser a gran escala, cuando se puede pensar en llevar su empresa a niveles de llegar a cotizar en Bolsa.

CONDICIONANTES PARA ENCONTRAR INVERSIÓN PRIVADA

La cuestión de ceder parte de la empresa a un inversor particular requiere de un minucioso estudio de mercado, conocimiento profesional del inversor, experiencia empresarial y cálculos financieros de los beneficios / riesgos que puede acarrear tal decisión importante de asociación inversora externa. Por otra parte, el futuro inversor requerirá de varios factores y condicionantes para la aceptación de aportación de su capital al negocio, como pueden ser los siguientes:

• La necesidad de verificación de un correcto y serio plan de negocio.
• Definición clara de los objetivos a alcanzar, pasos a seguir y espacio temporal para la consecución de los mismos.
• Comprobación de la trayectoria o experiencia profesional del emprendedor, considerándose a veces más importante para el inversor la apuesta personal que la visión futura del negocio.
• Desarrollo de una estrategia de crecimiento concreta, con un presupuesto de gastos estricto y bien planificado.
• Que el proyecto sea innovador en su sector y tenga una buena potencial ventaja competitiva.
• La consecución por parte del inversor de una cantidad de acciones atractiva para sus intereses, que le permita la consecución de fuertes beneficios financieros cuando el negocio llegue a ser exitoso.

Deberemos recordar que para que un inversor particular presente su intención de participación monetaria en un negocio innovador, se requiere por parte del emprendedor, tener bien configurada la parte corporativa de la empresa. Las cuentas deberán ser transparentes, actas constitutivas de la sociedad, control documental, fiscal y ante todo seguridad jurídica.

Para que se llegue a un buen entendimiento entre el emprendedor y su socio inversor metido a empresario, es preciso que se respeten los roles de cada uno, por una parte el primero llevará la gestión operativa y funcional y el segundo con su apoyo financiero deberá buscar básicamente que en unos años su inversión inicial de apoyo empresarial …¡¡¡ Se multiplique por cinco !!!

Artículos relacionados:
• “El factor riesgo en la inversión”
• “Cuatro pasos importantes para una buena inversión”

La frase elegida para este artículo dice así: “La mayor razón para alcanzar una meta es lo que le supone a uno llegar a ella. Lo que le supone a uno constituirá siempre un valor mucho mayor que el que se obtenga”, Jim Rohn.