Cuando tu salud mental te aleja del éxito

Trastornos de ansiedad. Depresión. Ataques de pánico. Fobias.

Nuestro cerebro es un órgano increíblemente completo. Como cualquier otra parte del cuerpo, puede dejar de funcionar adecuadamente. Sin embargo, la sociedad trata estas enfermedades mentales como si fueran algo de lo que no se debiera hablar, o como un gran fallo en la personalidad de aquellos que las sufren.

Sin embargo, como cualquier otro problema médico, la causa está muchas veces fuera del control de la persona.

En mi caso particular, siempre he tenido un trastorno de ansiedad acompañado de un comportamiento hipocondríaco y obsesivo compulsivo. No llego al nivel de Jack Nicholson en «Mejor imposible», pero ahí le ando. También soy muy autocrítica con mi trabajo y muchas veces acabo convencida de que no escribo bien, y tengo que «obligarme» a escribir. Sin embargo, en otros momentos soy capaz de escribir sin parar. Cuando mi nivel de ansiedad es muy alto, siempre pienso que no voy a poder escribir absolutamente nada.

Mi trastorno al menos tiene un cierto toque glamoroso, después de que estrellas como David Beckham y Rafa Nadal hayan saltado a la palestra como ilustres maniaco-compulsivos, aunque a mí me parece que ellos tienen más razones para serlo, al estar sometidos a la presión de la competición de elite.

Un ejemplo claro de cómo nuestra salud mental (o mala salud, en este caso) puede influir en nuestra vida laboral es el del futbolista, y paisano mío, Juanele. Jugador de primera división e incluso internacional con la selección española, tuvo que abandonar el fútbol profesional debido a una depresión que a punto estuvo de costarle la vida.

Seguro que hay miles de ejemplos en otras profesiones, pero solo con buscar en el mundo deportivo podemos encontrar ejemplos bien conocidos.

Aquí expongo algunas de las señales que pueden indicar que nuestra salud mental a lo mejor se está interponiendo en nuestro camino hacia el éxito.

Has perdido el deseo de hacer cosas que antes te apasionaban. Sí, es normal que la gente cambie de gustos e intereses de cuando en cuando, pero si de repente te das cuenta de que has dejado de hacer muchas de las cosas que antes te encantaban y, en su lugar, te dedicas a pasar el tiempo solo o sin hacer nada, podemos estar ante un signo preocupante.

Se te hace muy difícil sacar adelante la rutina diaria. Si eras un amo/a de casa estupendo y un buen día ves que tienes la casa hecha un desastre sin que haya ninguna explicación clara y razonable para ello, estás ante otro signo. Lo mismo ocurre si antes cocinabas y ahora te alimentas de congelados, precocinados, etc.

Tus pensamientos están llenos de negatividad. La mayoría de las personas tienden a pensar en ellos mismos de forma positiva, no negativa. Si tienes pensamientos negativos hacia ti mismo continuamente, deberías tomarte el asunto muy en serio y hacer algo al respecto.

Te alejas de muchas de tus relaciones. Si de repente te das cuenta de que estás evitando a la gente con la que solías relacionarte y pasas solo un montón de tiempo porque no quieres verlos, o enfrentarte con ellos, tenemos otro síntoma preocupante.

Tus finanzas, en su día sólidas, están fuera de control. Cuando la gente se siente ansiosa o infeliz, hacen lo que sea para tratar de solucionar el problema – en muchos casos, la válvula de escape es el gasto innecesario y descontrolado.

Todos estos signos pueden indicar algún tipo de problema de salud mental. No solo eso, sino que son cosas que tiene un efecto muy negativo a nivel personal, profesional y económico.

Pero, ¿qué podemos hacer para mejorar nuestra salud mental? He aquí una pequeña lista:

Sal fuera. Este es siempre el primer paso. En lugar de quedarte sentado en casa, siéntate en un parque cercano o en la terraza. Respira aire fresco. Lee en el exterior. Más importante aún, tomo un poco el sol. Los rayos solares en contacto con nuestra piel producen vitamina D, la cual es deficitaria en muchas personas. La vitamina D tiene efectos muy importantes en nuestro cerebro y, en cantidades adecuadas, el resultado es casi siempre muy positivo.

Cuando llevo un cierto tiempo sintiéndome triste, busco cualquier excusa para “obligarme” a salir fuera, para no dejarme llevar por la apatía que me conduce a quedarme encerrada en casa.

Haz algo de ejercicio. Aunque solo sea caminar dando una vuelta a la manzana, un poco de ejercicio siempre ayuda. Además de alterar nuestro metabolismo, el ejercicio hace que nuestro cuerpo genere endorfinas que nos harán sentir mejor.

Lleva una dieta saludable. Lo que comes puede tener mucha repercusión en cómo te sientes. Intenta comer cosas sanas como parte de tu dieta habitual. Fruta en el desayuno, verduras en la comida, etc. Pruébalo durante unos cuantos días para comprobar los resultados.

Haz nuevos amigos. Nuestro estado emocional puede verse seriamente afectado por las personas que nos rodean. Si tus amigos te están haciendo sentir mal, busca otros nuevos. Asiste a actividades sociales donde tengas oportunidad de conocer a gente diferente. Puedes empezar por hacer algo que siempre te haya llamado la atención, pero que tus amigos pensaban que era ridículo.

Habla con tu médico. La ayuda médica puede ser de gran importancia si ninguna de estas técnicas te ayuda a sentirte bien. Si de verdad has hecho un esfuerzo para mejorar tu estado de ánimo y no lo has conseguido, buscar el consejo de un especialista es el paso correcto. No es nada de lo que avergonzarse.

Recuerda siempre que no eres el único que se siente así, y que nunca estarás solo a no ser que te aísles tú mismo.

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