La designación como cuenta no es precisamente la que mejor define las características de la Cuenta e-Siete de Caja Siete. No autoriza las domiciliaciones y sólo está permitida la operativa a través de internet, lo que supone que no se puede hacer ningún tipo de transacción en oficina, ya sean ingresos, reintegros o cualquier operación con cheques. Y además, no nos permite disponer de algo tan básico como una tarjeta de crédito asociada a nuestra cuenta e-Siete. Más se parece a un depósito que a una cuenta corriente si no fuera por la disponibilidad total sobre nuestro dinero.
La remuneración de la cuenta e-Siete esta graduada en función de los saldos que dispongamos en cuenta. Pero dicho lo anterior, podemos ver ya de antemano que no es precisamente una cuenta que interese contratar. Argumento que se hace más contundente al revisar lo siguiente. Será necesario tener un saldo en cuenta superior a 30.000€ si queremos beneficiarnos de la rentabilidad más alta, 1,25% TAE. El siguiente tramo, entre 15.000€ y 29.999€ recibe el 1% TAE, de 3.000€ a 14.999€ 0,75% TAE y 0,25% los saldos hasta 2.999€.
Las altas exigencias en cuanto a saldo, hacen que la cuenta e-Siete se asemeje más a un depósito de baja remuneración, que contratarlo equivale a mantener nuestro dinero retenido sin sacarte el máximo partido, que a una cuenta corriente de alta remuneración como puede ser la cuenta Naranja de ING. Incluso el último tramo que no exige saldo mínimo, es superado por otras cuentas del mercado dada su baja rentabilidad, muy por debajo de la rentabilidad base de la mayoría de cuentas corrientes remuneradas y su pésima operativa.