Nuestra vida cotidiana nos obliga a todos de forma diaria a elegir o seleccionar constantemente actitudes y acciones como, si queremos subir o bajar, girar hacia la derecha o la izquierda, comprar algo o por el contrario venderlo y viajar en autobús, coche, tren o avión. Al final, siempre serán nuestras propias decisiones las que producirán unas consecuencias vitales positivas o negativas para nosotros, pues en el mundo de la inversión ocurre exactamente lo mismo.
Una adecuada gestión de nuestro patrimonio es muy importante para el futuro y las decisiones de inversión deberán ser en el presente afines a los objetivos financieros de beneficios que pretendamos alcanzar asumiendo su riesgo respectivo. Solo el aprendizaje y la experiencia en el mercado nos pueden evitar caer en errores que afecten gravemente a la principal norma de todo inversor que es preservar nuestro dinero ante todo, mediante una operativa estudiada, responsable y disciplinada en su ejecución.
Como hemos ya hemos venido comentando en otros artículos de esta sección en Consejos de Bolsa, la psicología inversora es primordial para que ésta no influya de manera negativa en el resultado final de la apuesta inversora debido a realizar la toma de decisiones movidos por la propaganda mediática o interesada por parte de las “manos fuertes del mercado”. Saber interpretar los movimientos de los mercados de valores requiere su tiempo y estudio, por lo que los pequeños y medianos inversores deberán tener capacidad suficiente para actuar de forma racional ante los altibajos lógicos de los parqués.
DECISIONES CORRECTAS EN LA INVERSIÓN
A continuación veamos algunas acciones oportunas a realizar ante los mercados con cierta carga de psicología aplicada a la inversión:
- Asumir más pérdidas: En muchas ocasiones el inversor deposita su confianza ciega en que el precio de una acción (tras caer de forma repetida) pensando que recuperará su valor pasado un tiempo cercano, cuando es lo contrario, se debe apostar para mejorar las ganancias futuras y cortar de forma radical las pérdidas, según los niveles de seguridad establecidos previamente.
- Escuchar lo que nos interesa: ¿Quién no ha consultado con un tercero cómo cree que va a subir o bajar un valor? El problema no radica en las respuestas recibidas, lo que se debe hacer es valorarlas todas en su conjunto y no solo quedarse, con las que más se acerquen o acomoden a nuestra propia estrategia de inversión.
- Mantener de forma tozuda una misma estrategia: No es lo mismo, una subida de precios prolongada en el tiempo debido a una tendencia alcista clara del mercado, que una tendencia bajista con sus rebotes alcistas correspondientes. Entonces, si no son situaciones financieras iguales se deberá adaptar la estrategia inversora a las circunstancias del mercado, olvidando los éxitos pasados y reconociendo encontrarnos actualmente en otro tipo distinto de ciclo bursátil.
“La experiencia es un grado”… Es una frase muy castrense que en el ámbito militar significa que la antigüedad en un oficio confiere un mayor alto grado de acierto a la hora de ejecutar su labor. Pues esto, aplicado a la inversión puede ocasionar que muchas veces algunos inversores veteranos y experimentados sobrevaloren sus propias capacidades de análisis bursátil, en situaciones complejas de alta volatilidad financiera motivados por un exceso de prepotencia, por ello, siempre deberemos recordar que nunca terminaremos de aprender sobre los mercados y hasta poder algún día llegar a un mayor nivel de conocimiento, aplicaremos mientras de forma muy disciplinada las… “Decisiones correctas en la inversión”.
¡¡¡ Feliz, saludable y rentable, Año Nuevo 2015 !!!
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La frase elegida para este artículo dice así:
Mi felicidad consiste en que sé apreciar lo que tengo y no deseo con exceso lo que no tengo.
Leon Tolstoi