El mundo de los seguros (del mismo modo que todos los sectores del mundo) es un mundo lleno de tecnicismos, lleno de utilización de palabras y denominaciones que son desconocidas por el común de los mortales, y eso puede suponer un riesgo en el momento de contratar y comprender o entender adecuadamente un seguro. Y hemos de asumir que esa es responsabilidad nuestra como parte contratante, pues es nuestra responsabilidad conocer aquello que contratamos.
Valor venal, valor de reposición, valor de mercado o valor de nuevo son tan solo por poner unos ejemplos distintas terminologías a los que se refiere por ejemplo una póliza de seguros para determinar los distintos tipos de valor de un bien determinado que tengamos asegurado.
Y es importante que los conozcamos todos ellos para no caer en la más absoluta ignorancia en lo que se refiere al producto que vamos a contratar, y también muy especialmente para evitar llevarnos sorpresas desagradables o malentendidos posteriormente en caso de que tengamos que hacer uso del seguro en cuestión.
¿Eso significa que todos hemos de conocer todos los términos de seguros? No, por supuesto que no, nadie puede conocer los términos de todo en la vida, y nadie que no este directamente vinculado en este caso al mundo de los seguros tiene porque saber y conocer cada uno de los términos. Pero si que todo el mundo que quiere contratar un seguro tiene la responsabilidad de conocerlos, o en todo caso, si no los conoce, de preguntar por cada concepto, de asesorarse y saber que significan y suponen aunque él o ella no los conozca directamente. Solo así nos evitaremos como se ha dicho disgustos posteriores, y es que en este caso, la curiosidad (o mejor dicho en este caso, la responsabilidad) no mato al gato.