Para saber si tus finanzas gozan de buena salud o necesitan un buen saneamiento, te propongo que te hagas las siguientes preguntas:
¿Está creciendo tu patrimonio neto? Tu patrimonio neto es el total de tus activos menos los pasivos. Por ejemplo, si tienes propiedades por valor de 100.000 €, pero debes 120.000 €, tu patrimonio neto es de -20.000 €. Muchos expertos opinan que esta fórmula es la más interesante para medir el progreso de su salud financiera.
¿Cuáles son tus porcentajes financieros? También puedes medir tu salud financiera comprobando cuál es el porcentaje de deuda con respecto a tus ingresos, tus ahorros y el tamaño de tu fondo de emergencias. ¿Cuál sería el porcentaje óptimo? Depende de cada momento de la vida, pero la mejor recomendación es mantener la deuda total – hipoteca incluida – por debajo del 33% de tus ingresos brutos (antes de impuestos), o del 25% si es posible; ahorrar como mínimo un 10% y tratar de tener por lo menos entre tres y seis meses de gastos cubiertos.
¿Gastas más de lo que ganas? Este es el punto crucial de las finanzas personales. Si gastas más de lo que ganas, tu flujo de efectivo es negativo y te hace ir perdiendo terreno. Obviamente, si la relación es a la inversa y ganas más de lo que gastas, estás en posición de acumular riqueza. Para asegurarte de que no gasta en exceso, lo mejor es seguirles la pista a todos tus gastos.
¿Qué ha cambiado en tu vida en el último año? La vida puede cambiar mucho en muy poco tiempo. La gente se casa, tiene hijos, se muda, cambia de trabajo, queda en el paro, se divorcia y, sí, también muere. Todos estos cambios pueden afectar a la situación financiera. Además, tus propios objetivos pueden cambiar y provocar, a su vez, una variación en lo que antes eran tus prioridades. Aunque es importante fijarse unos objetivos financieros, también es saludable introducir correcciones periódicas en ellos.
¿Tienes todos los seguros que necesitas? No suelo hablar mucho de seguros, pero es una cuestión importante. Los seguros son un componente más importante de lo que parece en nuestro arsenal financiero – están ahí para protegernos en caso de catástrofe. Como en el caso anterior, los cambios que haya en tu vida pueden llevarte a necesitar un cambio en los seguros que deberías contratar.
¿Tienes que hacer cambios en tu plan patrimonial? También en este caso la vida pasa y tus necesidades no son siempre las mismas. Cuando empiezas a acumular riqueza y construir una familia, las cosas tienden a complicarse. Revisa tu testamento (o cualquier otro documento importante referente a tu patrimonio) cada cinco años por lo menos.
¿Tu cartera de valores requiere mantenimiento? Este último año la Bolsa no se ha portado nada mal (aunque puede que no te hayas dado cuenta debido a la enorme cantidad de titulares histéricos en los medios), pero eso no significa que debas invertir todo tu dinero en ella. Es importante que recordemos la lección aprendida durante el último descalabro bursátil. Si las subidas y bajadas de tu cartera te estresan, puede que necesites redistribuir tus inversiones.
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