Son muchos los productos financieros existentes en el mercado y por tanto, los nombres muy parecidos entre estos, por lo que suele ocurrir que algunas veces los pequeños y medianos ahorradores e inversores pueden caer en el error o confusión, a la hora de contratar, comprar algún tipo de depósito o fondo influenciado únicamente por su título y denominación atractiva.
Las palabras técnicas “rentabilidad asegurada”, depósito estructurado” o “seguriplan” (por ejemplo), no significan o atribuyen en realidad ningún tipo de total seguridad en cuanto al riesgo financiero asumido por su contratación. Por tanto, dado que es muy conveniente siempre saber dónde metemos nuestro dinero que tanto esfuerzo suele costar ganar, hoy en esta sección de Consejos de Bolsa y como siempre con la idea principal de formación, aprendizaje económico-financiero y en el lenguaje más coloquial posible vamos a diferenciar dos conceptos muy parecidos, que habitualmente inducen a confusión siendo de uso muy común por los ciudadanos usuarios de banca. Nos referimos a los conceptos “PRÉSTAMO” y “CRÉDITO”.
¿QUÉ ES UN PRÉSTAMO?
Se puede definir como la gestión financiera donde una persona o entidad llamad@ prestamista hace entrega a otra denominad@ prestatario de una cantidad fija de dinero en el momento de firmar el acuerdo, con el condicionante de que en un plazo temporal acordado y establecido, el segundo deberá devolver la cantidad prestada más los intereses acordados. (Normalmente los préstamos se amortizan mediante cuotas mensuales, trimestrales o anuales). Mención especial requiere conocer lo que significa y en qué consiste un préstamo personal, que no deja de ser un contrato entre una entidad financiera y una persona física donde se crea la obligación sobre la devolución de un dinero más los intereses bancarios además de los gastos y comisiones pactadas.
LOS PRÉSTAMOS PERSONALES
Los más conocidos y usados por el gran público son los préstamos al consumo, habituales a la hora de realizar la compra de un vehículo, celebrar una comunión, boda, poder viajar y en general, gastar un dinero que en ese momento no tenemos para un evento especialmente deseado. Es muy importante para nuestras finanzas personales conocer de manera previa al contrato el tipo de interés aplicado, el plazo de amortización, los importes de las cuotas y las distintas comisiones de apertura y cancelación que nos quieran aplicar.
¿QUÉ ES UN CRÉDITO?
A diferencia con el préstamo, no se hace entrega del total del capital al deudor sino que éste hará uso del mismo a medida que lo vaya necesitando, por lo que pagará los intereses acordados según vaya utilizando su tarjeta o cuenta de crédito. El usuario del crédito podrá optar por gastar el porcentaje que estime oportuno dentro del margen estipulado de forma parcial o total. Al uso afectivo del crédito, la entidad aplicará sus comisiones y podrá ampliar el total acordado según el deudor vaya satisfaciendo su deuda mediante la devolución del citado crédito.
Debemos conocer que los intereses que se cobran por los créditos suelen ser más altos que por los préstamos y que los primeros se utilizan mayoritariamente por las empresas a la hora de cuadrar sus cajas y balances en situaciones puntuales de falta de liquidez.
Ahora que ya conocemos las diferencias básicas entre préstamo y crédito nos podemos plantear la siguiente cuestión, a la hora de pedir dinero: ¿Es importante hoy en día tener una mínima formación financiera?
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La frase elegida para este artículo dice así:
Compra sólo lo necesario, no lo conveniente. Lo innecesario, aunque cueste un solo céntimo, es caro.
Séneca