Tras la reunión de junio del máximo organismo de supervisión financiera en la Unión Europea, el Banco Central Europeo, Jean Claude Trichet, el Presidente del BCE, dejó entrever en su comparecencia ante la prensa que el organismo subiría el tipo de interés para la zona Euro el próximo mes de julio, manteniendo, eso sí, los tipos durante este mes de junio, como ya había anticipado en la reunión de mayo.
Todos los analistas coinciden en afirmar que la subida será de un cuarto de punto porcentual, pasando, por tanto, del 1,25% al 1,50%, una subida que no debería de ser la última antes de finales de año, ya que se calcula que el precio oficial del dinero en la zona Euro debería de finalizar el año entre el 1,75% y el 2%, si todo sigue el curso normal.
El problema es que el Euríbor, índice de referencia para la mayoría de los productos hipotecarios dentro de la Unión Europea, anticipará esta subida durante lo que queda de mes de junio, con lo que se puede prever un valor del indicador más elevado de lo previsto, tal vez cercano al 2,3%.
Con un cierre en el mes de junio del Euríbor entorno al 2,3%, estaríamos hablando de una diferencia de más de un punto porcentual con respecto al cierre de junio de 2010, cuando el Euríbor cerró, en tasa media mensual, en el 1,28%, lo cuál provocará que las cuotas hipotecarias mensuales se disparen en 80-90 euros, para una hipoteca media, sino más.
En un escenario de reducción general de ingresos de las familias y de crecimiento constante de la tasa de desempleo, a pesar del respiro que el verano da cada temporada en este aspecto, algunas asociaciones de consumidores han comenzado a poner la voz de alarma sobre el posible incremento de ejecuciones hipotecarias en los próximos meses.
Por otro lado, algunas voces han criticado esta actuación del BCE, desde la perspectiva de un exceso de celo en el control de una variable como la inflación, sin prestar la atención que la economía real merece en una situación de crisis como la actual, lo cual está ralentizando la recuperación definitiva.