El Euribor cierra agosto en el 2,097%

Al final se confirmaron todas las expectativas y el Euribor, principal índice de referencia de las hipotecas españolas, cerró el mes de agosto por debajo del 2,1%, concretamente en el 2,097%, lo que supone un retroceso de 0,086 puntos porcentuales con respecto al cierre del mes de julio, cuando el Euribor marcó el 2,183%.

Sin embargo, si lo comparamos en tasa interanual, es decir con el cierre de agosto de 2010, nos encontramos con un importante incremento de 0,68 puntos porcentuales, ya que el octavo mes del año pasado cerró en el 1,42%.

Con este incremento, la cuota hipotecaria mensual para una hipoteca media se encarecerá alrededor de los 60 euros mensuales, con lo que se asemeja bastante a los incrementos que se han venido observando en los meses de atrás, con cuotas creciendo entre 60 y 80 euros.

Por otro lado, este cierre del Euribor en agosto ha hecho cambiar las expectativas de los analistas que han dejado de hablar ya del 3% como una posibilidad para final de año y se empiezan a conformar con situar el máximo posible del Euribor en el 2,5%., lo cuál es una notable diferencia.

Porque de lo que nadie duda es de que el Euribor se incrementará en los próximos meses, sobre todo si tenemos en cuenta que o bien en septiembre o bien en octubre el Banco Central Europeo (BCE) incrementará el tipo de interés para la zona Euro y con ello el Euribor también crecerá.

Si pensamos que el BCE subirá el tipo de interés en un cuarto de punto, estaremos hablando de un Euribor incrementándose dentro de un punto porcentual, lo cuál podría ser asumible en una situación normal, pero que es dramático en la situación actual, con tasas de desempleo en continuo crecimiento y las prestaciones y ayudas tendiendo a desaparecer.

Se plantean, por tanto, un otoño y un comienzo del invierno moviditos, con cada vez más familias sin ningún ingreso mensual y con cuotas hipotecarias incrementándose sin solución de continuidad, lo que provocará más de una escena dramática con desahucios absolutamente injustos desde el punto de vista social, pero inevitables desde el punto de vista económico, por mucho que nos duela.