El Gobierno quiere frenar la guerra del pasivo

El nuevo caballo de batalla del Gobierno es la guerra del pasivo, esa vorágine en la que han entrado las entidades financieras de este país por captar liquidez a través de los depósitos bancarios de sus clientes, para lo cuál no están dudando en ofrecer tipos de interés excesivos, altamente competitivos de cara al consumidor, pero difícilmente asumibles en el corto-medio plazo por estas entidades.

Por ello el Gobierno se ha puesto manos a la obra y está preparando una modificación de la normativa sobre los Fondos de Garantía de Depósitos (FGD), de manera que se pueda relajar lo más posible esta guerra, a la vez que se consigue dar cobertura real a todos los depósitos realizados por los consumidores.

Aunque todavía está por confirmar, los baremos que se están manejando es que para los depósitos a 3 meses, el FGD se vea incrementado en un 200%, siempre y cuando la entidad financiera ofrezca un tipo de interés que supere en 150 puntos básicos el Euribor a tres meses.

De la misma manera, se prevé un incremento similar, del 200%, sobre el FGD, para depósitos por encima de 3 meses, siempre que la entidad financiera ofrezca un tipo de interés 150 puntos porcentuales por encima del Euribor a 6 meses.

Con esta modificación, el Gobierno se hace eco de la petición de algunas entidades ‘sanas’ (es decir, que no habían solicitado la ayuda del FROB), que criticaron el excesivo tipo de interés y la falta de responsabilidad de las entidades financieras ‘no sanas’ (que sí han pedido ayuda al FROB), al caer en una guerra sin límite por obtener la liquidez de los clientes.

Y es que, aunque desde el punto de vista del consumidor pareciera que el hecho de que los bancos estuvieran ofreciendo un tipo de interés tan elevado fuera una buena noticia, lo cierto es que se trataba de una situación de ‘castillos en el aire’, y hay que congratularnos de que el Gobierno haya decidido tomar cartas en el asunto y regular una situación que estaba tornando insostenible.

De hecho, si algo similar se hubiera realizado durante la burbuja inmobiliaria, tal vez no estaríamos sufriendo las consecuencias que tenemos ahora.