Queridos lectores, la crisis en la zona euro sigue pasando factura a todas las clases sociales en especial –como siempre- a las más desfavorecidas y no pasa un día donde los mercados bursátiles europeos no nos despierten con más correcciones e intentos de búsqueda de “suelos creíbles” para intentar sujetarse a los soportes anteriores.
El problema para tanto disgusto monetario está -como por todos es sabido- en la crisis de la Deuda en varios países de la euro zona, donde las primas de riesgo se han disparado en especial por los problemas de confianza en resolver la crisis de los poderes ejecutivos y legislativos de las economías griega e italiana. Esa es una de las principales razones, pero hoy para nuestros “pequeños y medianos inversores” vamos a recapitular y observar como hemos llegado a esta situación financiera tan dramática, mediante lo que hemos denominado: “El juego diabólico de la economía de mercado”.
Para empezar consideraremos varios puntos, analizando desde el origen hasta el desarrollo actual de esta crisis económica, financiera, política y sobre todo social:
- El origen: La sociedad moderna actual en los países tecnológicamente avanzados como los europeos, ha ejercido sobre sus ciudadanos –de cualquier nivel social- una presión mediática para que el consumo resulte ser la panacea de un crecimiento económico “fuente de todo bienestar”. Los individuos entran en la espiral de comprar y conseguir multitud de bienes y servicios independientemente de su necesidad, desde casas, coches, electrodomésticos, viajes, joyas y un sinfín de gastos apoyados por unos ingresos temporales o simplemente por unos préstamos ofrecidos “a granel” por las entidades financieras.
- La evolución: Tras unos años de bonanza económica, desde los organismos oficiales internacionales se observa que la famosa “burbuja hipotecaria y crediticia” podía llegar a ocasionar problemas (todavía no sabían cuanto) y alertan a los gobiernos implicados para que controlen y recorten el crédito adoptando medidas de protección ante su “pinchazo”. Mientras los ciudadanos desconocedores del peligro venidero, seguían empeñándose creyendo que la “gallina de los huevos de oro” tendría una vida ilimitada.
- Posicionamientos económicos nacionales: Cuando la avalancha especuladora llega a territorios de la antigua Europa, al principio cada país se mira su “ombligo” anteponiendo sus intereses nacionales a los del gran grupo unido llamado euro zona, que durante muchos años de crecimiento había sido un club de países ricos e invulnerables ante cualquier eventualidad, gracias a ser un ente compacto.
- Consecuencias para las economías periféricas: Tanto países como Grecia, Portugal, Irlanda o Bélgica, así como los “grandes” Italia, España e incluso la poderosa Francia se ven de manera proporcional a su nivel de Deuda soberana arrastrados por la especulación sobre sus primas de riesgo “alentadas” a su vez desde el otro lado del Atlántico por las “neutrales” agencias de calificación de riesgo de EEUU.
- Efectos económicos en los países: Existe una gran diversidad desde la bancarrota – mal disimulada – de Grecia, los rescates de la UE para Irlanda, y Portugal, el atasco de Italia a la hora de consensuar los recortes necesarios, con dimisiones de sus primeros ministros respectivos y en España la friolera cifra de 5.000.000 de parados –a todas luces escandalosa– que atenaza el crecimiento y el futuro económico-social de las nuevas generaciones de trabajadores recién salidos de los institutos o las universidades.
COMENTARIOS Y CONSEJOS:
En medio de este panorama nada alentador para los inversores y los ciudadanos en general, ocurre que los organismos internacionales reguladores del mercado no reconozcan sus culpas por no haber detectado a tiempo el problema de la excesiva Deuda acumulada por algunos países, el BCE no reconozca haber estado más pendiente de la inflación que de las cuentas presentadas por sus “socios” miembros en Bruselas.
En cuanto a los Gobiernos nacionales, no van a reconocer sus inoperancias en la gestión interna de sus economías domésticas, los gestores de las entidades financieras no van a reconocer la falta de control a la hora de adjudicar los préstamos y el reparto inclemente de dinero entre algunos directivos con salidas hacia “retiros dorados”.
Y al final de todo este recorrido queda el ciudadano, al que un día -hace poco más de cuatro años- alguien detrás de una mesa en una oficina financiera, con mayor o menor responsabilidad, le adjudicó uno o varios préstamos que ahora le han supuesto la pérdida del dinero, la casa, el coche y el empleo. Todavía deberá aguantar que le digan que todo estaba escrito en la “letra pequeña del préstamo” y es que de pequeños nos deberían enseñar a jugar o mejor evitar: “El juego diabólico de la economía de mercado”.
(Ver artículos “El capitalismo y sus continuos fallos” y “David intentando salvar a Goliat”).
La frase elegida para este artículo dice así: «La práctica y el conocimiento de utilizar el dinero de modo inteligente es una de las habilidades menos desarrolladas que poseemos. Aprender a invertir y transmitir ese conocimiento a nuestros hijos no es un mero divertimento, es una obligación ineludible», Jack William Palace.
Nosotros desde Consejos de Bolsa, seguiremos informando y analizando la actualidad económica para lectores como usted. Esto será otro día.