Sé que me estoy cargando el romanticismo de la unión matrimonial, pero hay que admitir que el matrimonio es un contrato mercantil como cualquier otro, y que tenemos que entenderlo plenamente antes de firmar nada. Hay matrimonios que comparten todas sus finanzas, mientras que otros las llevan cada uno por su lado sin ningún tipo de interrelación. Por supuesto, entre lo uno y lo otro hay mil acuerdos y mil formas de llevar las cosas dentro de una pareja.
No importa que opción escojáis, serán vuestros hijos los que hereden los frutos de vuestra unión financiera. Y aunque el principal motivo del divorcio no suele ser el dinero, está claro que es un factor que puede agriar la mejor relación. Fingir que el matrimonio no tiene nada que ver con el dinero es increíblemente peligroso.
Por supuesto, esto es lo que nuestra cultura nos empuja a hacer, desde la literatura a los cuentos populares llenos de romanticismo. Por ejemplo, hablamos de “braguetazo” y otros términos derogatorios cuando alguien pobre se casa con una persona de dinero. Lo cierto es que en la mayor parte del territorio español el matrimonio no se lleva a cabo bajo el régimen de separación de bienes sino que, por el contrario, se impone el régimen de gananciales, que une las finanzas del marido y de su mujer.
Por supuesto, tenemos la opción de crear un contrato prematrimonial que define muy claramente los términos económicos tanto del matrimonio como del divorcio, pero mucha gente ve este tipo de contratos como una muestra de falta de confianza, y pueden crear desde el primer día una brecha en la pareja. Teniendo en cuenta que la mayoría de matrimonios son por amor, y estos temas apenas se tienen en cuenta, es completamente comprensible que las parejas nunca lleguen a hacer nada similar.
Vamos a desgranar unos consejos muy simples para que nuestro futuro matrimonio sea lo más estable posible.
- Conócete a ti mismo: Antes de compartir los detalles de tus cuentas con tu pareja, asegúrate de que tú mismo los tienes claros. Si tienes deudas, conoce en profundidad la cantidad total del monto y el tipo de interés que tienes que pagar. Conoce tus puntos fuertes y cuál es su valor monetario. Por supuesto, tu pareja te va a querer independientemente del estado de tus finanzas, pero es mejor que sepa desde el principio a qué se enfrenta.
- Conoce a tu pareja: Cuando estéis en un ambiente relajado y feliz, aprovecha para compartir vuestra información financiera. Intenta mantener una mente abierta y no juzgues a tu media naranja por sus finanzas. No hay necesidad de que ninguno de los dos os sintáis culpables por vuestros errores financieros pasados. Si tenéis algún problema económico, lo podéis resolver juntos, como matrimonio.
- Conoce tus hábitos: Aunque no tomes nota de tus gastos a diario, pensad en hacerlo ambos durante unos 3 meses antes de la boda. Podréis contrastar vuestros hábitos financieros y, de esta forma, haceros una idea de lo que os espera en el futuro.
- Descubre qué quieres: Como ya he repetido en muchas ocasiones, el camino hacia el éxito está pavimentado con objetivos. Tienes que tener alguno. Vuestro matrimonio será más fuerte si asumís los objetivos de ambos y lucháis juntos para conseguirlos. Muchos matrimonios descubren al cabo de un cierto tiempo que no están en el mismo barco, que no persiguen lo mismo a largo plazo. Si los dos tenéis las ideas claras sobre el futuro que queréis, para vosotros y vuestros hijos (casa, escuela, coche, vacaciones, etc.) compartidlo desde el principio. Es mejor hacerlo así que no descubrir a mitad del camino que vuestras prioridades son completamente divergentes.
- Descubre cómo conseguirlo: Aunque solo paséis una tarde discutiendo vuestros planes financieros, os puede hacer mucho bien. Es mejor tener una línea de acción clara para lograr alcanzar vuestras metas. ¿Cuánto necesitáis ahorrar para comprar un barco? ¿Cuántos años tenéis que trabajar hasta que uno de los dos pueda quedarse en casa para cuidar de los niños?
Está claro que no planeamos todo lo que nos pasa en la vida, pero tener una cierta idea de la dirección en la que tenemos que ir nos da una base sólida. Además, también nos da más flexibilidad para manejar las emergencias y las sorpresas que aparezcan en el camino.
Piensa que, en teoría, vas a estar casado el resto de tu vida. Tanto tu pareja como tú seréis más felices con unos principios financieros claros. No evitéis hablar sobre este tema y más adelante os daréis cuenta se los beneficios de la sinceridad en todos los ámbitos de vuestra relación.
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2 Responses to “El negocio del matrimonio”
José
En mi caso opté por la separación ya que mis ingresos eran absorbidos por las deudas que contraía mi esposa y cuando ya no tenia dinero ni me hablaba. Si que es importante tender objetivos claros y criterios unificados en la pareja.
rosa
aveces es un poco dificil, porque si la pareja no es sincera con uno .
y no siente que es como una aspiradora de amontonar el dinero y que uno no es gente para tener un centavo. yo aveces pienso para que trabajo, le di la tarjeta para que saque el dinero y se lo cogio.