El peligro de venderles cosas a tu familia y amigos

Hace poco una amiga mía ha empezado a vender productos de Avon. Me enseñó un catálogo explicándome la calidad de los cosméticos que estaba vendiendo.

Mi respuesta fue un rotundo «no».

Ni siquiera lo dude. ¿Por qué? Con los años, muchos de mis amigos nos han vendido a mi, a otros amigos y a familiares varios productos de venta directa. He visto un montón de ellos -Avon, Tupperware, Herbalife, Oriflame, etc.

No estoy criticando en ningún momento la calidad de los productos que venden -eso es algo completamente al margen, que varía de un producto a otro. Lo que sí pongo en cuestión es el verdadero coste de la venta.

La cosa es así: si estás tratando de ganar dinero intentando venderles productos a tus amigos, corres el riesgo de dañar esa amistad.

A menudo tendrás que poner a tus amigos en la incómoda situación de sentirse obligados a comprar un producto que no quieren sólo para complacerte. Estás cambiando directamente el valor de su amistad por una pequeña comisión.

Un amigo íntimo no le dará importancia. Es probable que entienda lo que estás tratando de hacer y que te apoye sin importarle lo que escojas hacer.

Pero, ¿realmente quieres pedirles eso a las personas que más te importan?¿Quieres que tu mejor amigo se sienta obligado a comprarte algo?

Por otra parte, tus contactos más distantes seguramente no serán tan comprensivos. El «precio» que les demandas -comprar un producto que no quieren a un precio exorbitante- puede ser suficiente para dañar de forma seria una relación que ya de por sí no era muy próxima.

¿Y qué me dices de buscar otras personas con las que no tengas ninguna relación? Por supuesto, son objetivos de venta excelentes por los que no tienes que sentir remordimientos, pero son unos objetivos muy difíciles de alcanzar. A no ser que seas un vendedor profesional, entrenado para convencer a la gente de que compre, es poco probable que tengas éxito por ese lado.

Seré completamente sincera. He hecho números sobre diferentes programas de venta directa y escuchado la cantidad de tiempo que las personas invierten en ellos. Casi siempre, salvo que tengas un excepcional talento como vendedor, tus ganancias por el tiempo invertido estarán significativamente por debajo del salario mínimo. En ocasiones, cuando tienes que pagar para participar, lo que obtienes son pérdidas. Por ese dinero, lo único que mucha gente puede hacer es llamar a los amigos para que les hagan el favor de comprar.

Resumiendo, se obtiene mucho más valor trabajando por el salario mínimo que vendiendo a tus amigos. Por un lado no te haces antipático ante sus ojos y por otro probablemente ganarás más por hora de lo que podrías conseguir vendiendo esos productos.

¿Qué hacer si te piden que compres? Mi respuesta es simple. Si no es un amigo muy cercano que de verdad necesite ayuda, di simplemente que “no” a sus ofertas para comprar sus productos o asistir a alguna de sus “reuniones”. Si es un amigo íntimo, yo tendría una charla con él sobre este asunto. Le preguntaría por qué está vendiendo ese producto, qué beneficios obtiene y a qué tiene que renunciar para lograr esa cantidad de dinero. Haría números con él para que pudiera ver lo que realmente gana a cambio de todo el peso negativo que puede poner en sus relaciones familiares y de amistad.

Mucha gente quiere ser emprendedora de una manera sencilla, y cuando ven los números que estos programas dicen conseguir, es fácil que acaben pensando que pueden conseguir un gran beneficio. De lo que no se dan cuenta es de cómo pueden perder amistades y de la cantidad de tiempo que les consume esa actividad, tanto que el beneficio por hora es muy pequeño.

Una empresa exitosa nunca es sencilla y por supuesto nunca debe basarse en la generosidad de los amigos para lograr el éxito. Es un camino muy duro, pero sostenible, y es el modo en el que tanto a tus amistades como a tu familia les gustaría verte triunfar.

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