Es fácil ponernos metas audaces como “voy a pasar más tiempo con los niños” o “voy a poner mis finanzas en orden”. El problema, sin embargo, es que estas metas parecen muchas veces enormes e indeterminadas. ¿Qué podemos hacer para conseguir alcanzarlas?
La solución a un proyecto grande y poco concreto está en centrarnos en un pequeño grupo de puntos más manejables.
En primer lugar, ¿cuál es el resultado que queremos obtener? ¿Queremos una mejor relación con nuestros hijos? ¿Queremos tener una idea clara de cuánto dinero ingresamos y cuánto gastamos? Debemos pasar un cierto tiempo pensado en el fin que cualquier idea persigue. Cuanto más específico sea, mejor.
En segundo lugar, ¿cuál es el siguiente paso que podemos dar para conseguir ese objetivo? Si queremos una mejor relación con nuestros hijos, el primer paso sería dedicarles algo más de tiempo – y empezar a hacerlo de forma regular. Si queremos entender mejor el estado de nuestras finanzas, lo primero que tenemos que hacer es seleccionar un sistema que nos ayude como, por ejemplo, algún software de manejo sencillo para finanzas personales. Tenemos que pasar a la acción con algo que realmente podamos hacer y que logrará que nos empecemos a mover en la dirección adecuada.
Y ese es todo el misterio. Simplemente ejecutar ese paso y luego preguntarnos, “¿cuál es el siguiente?”, una y otra vez hasta que alcancemos nuestro objetivo.
Pero, ¿qué pasa si no sabes lo que quieres? Pues que probablemente ha llegado el momento de hacer algo de introspección. Una persona sin objetivos es una persona inactiva que no está evolucionando. Incluso si las cosas que quieres puedan parecer materiales o superficiales, siguen siendo metas válidas. Así que puedes centrarte en ellas, conseguirlas y crecer como persona.
Por otra parte, ¿y si ya sabes lo que quieres pero no cómo conseguirlo? Como ya había mencionado, es de mucha ayuda intentar dividir el gran objetivo en trozos más pequeños. Céntrate solo en el siguiente paso que tienes que dar para llegar a tu meta – algo lo suficientemente pequeño como que puedas hacerlo en, digamos, una hora.
En ambos casos, puede que necesitemos la ayuda de otras personas durante el proceso – lo cuál no solo es aceptable, sino que es beneficioso. Los demás casi siempre son de gran ayuda cuando estamos intentando descubrir las cosas que nos importan de verdad.
Lo más curioso de todo es que en nuestro camino hacia el gran objetivo, hay una enorme cantidad de pasos bastante mundanos.
Para ser un buen jugador de fútbol, tienes que pasar muchas horas en el campo entrenando, partido tras partido. Tienes que hacer ejercicio para estar en perfecta forma física. El producto final – ser un gran jugador de ese deporte – parece maravilloso, pero el trabajo que conduce hasta ese punto es completamente terrenal y hasta ordinario.
Así que para llegar a conseguir algo grande tenemos que acostumbrarnos a las actividades mundanas que nos conducen al objetivo. Tenemos que conocer y apreciar las horas interminables de entrenamiento o la cantidad infinita de pañales cambiados.
Uno de mis grandes objetivos siempre ha sido escribir, bien contenido original o traducciones, ambas cosas me interesan. Para llegar hasta ahí, tengo que hacer muchísimo trabajo diario que no tiene nada de excitante. A veces no me apetece en absoluto. En otras ocasiones, sin embargo, soy consciente de que estos pequeños pasos me están llevando cada vez más cerca de ese objetivo soñado. Lo principal es centrarnos en lo que tenemos que hacer y conseguir sentirnos satisfechos si lo hacemos bien.
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