Las hipotecas multidivisas son hipotecas que se constituyen en una moneda diferente al Euro, es decir, en una divisa, bajo la premisa de que esta divisa pertenezca a un país con el tipo de interés por debajo del que tenemos dentro de la zona Euro, para aprovechar el ahorro en cuota que ello provocaría al titular hipotecario.
El problema que tienen estas hipotecas multidivisas es que dependen del tipo de cambio entre ambas monedas, el Euro y aquella en la que se haya constituido la hipoteca, lo cuál puede ser controlable en el corto plazo, pero incontrolable en el medio-largo plazo, que suele ser el plazo en el que se mueve una hipoteca.
Y ello es precisamente lo que les está sucediendo a las familias que optaron por una hipoteca multidivisa durante los años de escalada del Euribor, 2007 y, sobre todo, 2008, que apostaron por esta opción para ahorrarse un dinero en sus pagos mensuales, pero que ahora se están encontrando con que sus cuotas se han doblado y que deben incluso más dinero del que pidieron prestado a pesar de llevar varios años amortizando sus hipotecas.
Esto se debe a que muchas de estas hipotecas multidivisas se constituyeron en yenes, moneda que tras el tsunami y la catástrofe nuclear está sufriendo una continua apreciación como consecuencia del dinero que llega de los emigrantes japoneses para ayudar a sus familiares. Todos los expertos coinciden en afirmar que esta situación es temporal y que en breve comenzará a revertir, pero hasta entonces numerosas familias se encuentran en una situación insostenible.
Por ejemplo, una familia que estuviera pagando unos 500 euros mensuales para devolver la cuota de su hipoteca multidivisa, se encuentra ahora con que tiene que devolver 1.000 euros, y que si antes debía 150.000 euros al banco, ahora su hipoteca se ha disparado a los 300.000 euros. Todo como consecuencia de que se necesitan más euros para comprar los mismos yenes.
Una vez más, la falta de transparencia de las entidades financieras salta a escena, ya que éstas no informaron de manera adecuada a sus clientes, obviando las consecuencias negativas que las hipotecas multidivisas podían tener en el medio-largo plazo, hablando sólo de las ventajas que podían proporcionar.