Siguiendo con la tendencia que viene ofreciendo en los últimos meses, el precio de la vivienda en España cayó un 7,4% este pasado mes de septiembre, según los datos ofrecidos por la agencia tasadora TINSA, en función de su Índice de Mercados Inmobiliarios Españoles (Imie), que publica de manera periódica.
Este descenso se une a los que se han venido dando durante todo este año 2011 y a los que se vienen experimentando desde que estallara la crisis allá por el año 2007, concretamente, en diciembre, cuando se marcó el máximo histórico del precio de la vivienda.
Desde ese momento el precio de la vivienda ha caído en picado, concretamente un 24,1%, lo cuál supera las previsiones que se habían venido haciendo desde los sectores de análisis hipotecario que hablaban de un descenso necesario del 20% para que el precio de la vivienda pudiera ajustarse definitivamente.
Sin embargo, el descenso no ha sido idéntico en todas las secciones en las que TINSA desglosa su Índice inmobiliario. Así, durante estos casi cuatro años de crisis económica las viviendas situadas en la costa mediterránea son las que mayor caída de precio han experimentado, con un 31,9%, seguidas de las capitales y grandes ciudades, con un descenso del 26%, de las áreas metropolitanas, con una caída del 25,4%, Baleares y Canarias, con una caída del 20,75, y el resto de municipios que se han comportado mejor, con un descenso del 19,8%.
Por otro lado, y en términos puramente interanuales, el 7,4% de descenso medio entre septiembre de 2010 y septiembre de 2011, se ha dividido en un descenso del 8,9% en las capitales y grandes ciudades, donde más ha caído el precio de la vivienda en septiembre, una caída del 8,2% en las viviendas de la costa mediterránea, poco más de un 7% en las áreas metropolitanas, y un 6% tanto en Baleares y Canarias como en el resto de municipios.
En definitiva, el ajuste de precio en el sector inmobiliario español no ha terminado de realizarse de manera definitiva, con lo que la situación no puede normalizarse, ya que no se ha alcanzado el equilibrio entre la oferta y la demanda. En este escenario, sólo cabe esperar nuevas caídas de precio.