Son tiempos difíciles para la economía y las finanzas en Europa y especialmente, en algunos países periféricos de la zona euro como España, que todavía presenta unos números vergonzantes respecto del nivel de paro laboral –atenuado en este tiempo estival- y muy negativos en el sector más joven de la población.
Cuando pase el siempre corto periodo vacacional los pequeños y medianos inversores o simplemente ahorradores, deberemos volver a la dura realidad del trabajo y para los que lo poseen, a la vista de cómo se están formulando las distintas propuestas económico-fiscales de futuro en España deberán plantearse (si no lo han hecho ya), que plan de pensiones les puede interesar para que el día de mañana, le permita mantener su nivel de vida, una vez que sus ingresos puedan lógicamente ir disminuyendo debido a su edad, condición física o cese de la actividad laboral.
Para los lectores menos avezados o familiarizados en cuestiones financieras vamos a recordar en que consiste un plan de pensiones:
- PLAN DE PENSIONES: Son contratos realizados con entidades financieras en virtud de los cuales, el partícipe irá efectuando aportaciones dinerarias de forma periódica o puntual que se van acumulando e invirtiendo en distintos activos financieros, con la idea de proporcionar y lograr un ahorro monetario –derechos consolidados- que posteriormente, le permitirán percibir al interesado o a sus herederos el cobro de prestaciones cuando se cumpla alguna contingencia vital especificada como pueda ser la jubilación, incapacidad laboral, dependencia o fallecimiento.
¿QUÉ PLAN DE PENSIONES DEBO ELEGIR?
Cuando se habla, se calcula o decide sobre los planes de pensiones, es importante valorar diversos conceptos y situaciones personales antes de tomar una decisión definitiva, valorando con antelación estas premisas, que nos podrán ayudar a elegir de manera seria y adecuada para nuestros intereses financieros presentes y futuros:
- Ahorrar lo antes posible: Dispuestos a ahorrar para la jubilación, esto se debe realizar cuanto antes e ir reinvirtiendo el ahorro fiscal obtenido. Es importante buscar la mejor fiscalidad posible para el largo plazo.
- Nuestra edad y perfil de riesgo: Debemos tener en cuenta nuestra edad y cuantos años dispondremos para ahorrar. Dependiendo de la propia aversión al riesgo, el plan de pensiones elegido estará compuesto en su cartera de productos financieros con mayor o menor exposición a la renta variable.
- Buscar una rentabilidad lógica: Los planes de pensiones al abarcar unos periodos temporales muy extensos deben ser flexibles a las lógicas oscilaciones y vaivenes de los mercados, por lo que la rentabilidad histórica comparativa se debe realizar con visión de largo plazo.
- El problema de la falta de liquidez: A diferencia de un fondo de inversión –por ejemplo- que se puede vender y recuperar el dinero en pocos días, los planes de pensiones están restringidos en su liquidez inmediata excepto en circunstancias especiales.
- Las ventajas fiscales: Deberemos contemplar las distintas variaciones históricas que las autoridades financieras españolas vienen haciendo en cuanto a la fiscalidad de los planes de pensiones. En la actualidad, las aportaciones permiten reducir la base imponible del IRPF con un límite de 10.000 euros, con carácter general, (hasta 12.500 euros, mayores de 50 años).
La elección de un buen plan de pensiones es lo suficientemente relevante para el futuro del ahorrador como para huir de las habituales triquiñuelas (pagos en especie), que nos ofrecen en las entidades financieras con ofertas de regalos de televisiones, Ipad, tablets, Pc´s…etc. Debemos tener presente que nunca se elegirá un plan de pensiones por “un supuesto regalo”, lo contrataremos principalmente… ¡¡Por su rentabilidad futura!!
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La frase elegida para este artículo dice así:
La juventud es el momento de estudiar la sabiduría; la vejez, el de practicarla.
Rousseau