Hace algún tiempo, pasé por las dos primeras fases del proceso de lograr la independencia financiera, que consistieron en la eliminación de la deuda y el establecimiento de un fondo de emergencias. Ambas etapas fueron bastante rápidas, aunque a mi no me lo parecieron en aquel momento.
Ahora estoy en una tercera fase en cuanto mis finanzas personales. Progreso de una forma estable, sin grandes sobresaltos.
Empezando con victorias rápidas
Cuando empecé a pagar mis deudas, conseguí varias victorias rápidas. Pagué primero una de ellas, y después otra a los pocos meses. En aquellos días, el tiempo parecía estirarse como un chicle -no cabe duda- pero pensándolo retrospectivamente, los progresos eran constantes y visibles. Aunque todavía no hubiese pagado todos los plazos de mi ordenador, podía ver cómo mi plan «bola de nieve» para acabar con la deuda había logrado reducirla en una cantidad significativa.
Cuando hice algunos cambios para llevar una vida más austera, pude ver los resultados de inmediato. Dejar de comprar DVDs cada dos por tres puso dinero en mi bolsillo. ¿Dejar de comprar comics? ¡Más dinero para mí! Ir a la biblioteca y acudir al mercado de segunda mano en lugar de comprar todos los libros que me apetecía leer nuevos supuso un impacto muy positivo en la cantidad de dinero con la que contaba para los gastos corrientes, mayor del que hubiera creído posible.
Dejando atrás ciertas costumbres que yo pensaba que eran necesidades fui capaz de conseguir tener más dinero para cubrir mis deudas, lo que ciertamente aceleró todo el proceso. Como he dicho, los progresos parecen lentos cuando empiezas, pero en realidad estás alcanzando nuevas metas todo el tiempo.
La tercera fase de las finanzas personales
A día de hoy, mi posición es bastante distinta. No alcanzo metas significativas cada mes. Es mucho más difícil descubrir nuevas formas de ser frugal, lo cual no quiere decir que no esté tomando las decisiones correctas, que no esté progresando. Lo que significa es que esas metas están más separadas entre sí. Aquí tengo una lista de algunas de las cosas que he conseguido o que estoy haciendo:
- He pagado mis deudas.
- Poner 10.000 € en un fondo de emergencias.
- Estoy pensando en abrir un plan de pensiones.
- He conseguido comprar un coche de segunda mano pagándolo en efectivo.
- Este año es probable que gane más dinero del que he ganado en toda mi vida.
- Aun así, sigo con mi plan de vida austera.
Todos estos datos son estupendos y estoy encantada del camino por el que las finanzas personales están yendo. Me siento como si estuviera a punto de alcanzar una especie de nirvana financiero. Entretanto, cada vez experimento menos la culpa que siempre aparece después de haberme pasado del presupuesto. Aunque sigo cometiendo errores de vez en cuando, ya no corro el peligro de drenar mi cuenta bancaria. No me demoro con los plazos de mis pagos, y a la vez tengo suficiente dinero para permitirme algún capricho.
Tengo que decir que todo esto me hace sentir muy bien.
El camino que me queda por recorrer
Mi camino aún no ha concluido. Mi motor financiero suena bien. Tengo la sensación de estar yendo a una buena velocidad por la autopista que lleva de independencia financiera. Ahora mismo no estoy consiguiendo ninguna meta que pueda compartir, pero sé que hay muchas, más adelante.
De hecho, también hay nuevos caminos que explorar. ¿Invertir en bienes inmuebles puede ser una inversión práctica para una persona normal? ¿Qué más cosas puedo hacer para optimizar mi sistema financieros? ¿Cómo puedo conseguir más ingresos? ¿Cómo puedo controlar mis debilidades psicológicas?
Y al final de todo, está la independencia financiera. ¿Alcanzar la meta algún día? Si me lo hubierais preguntado hace cinco años, hubiera dicho que no. Ahora, sin embargo, soy más optimista. Puede que no ocurra este año, ni durante los años siguientes, pero creo que al final lo lograré.
No pretendo regodearme ni fanfarronear o escribir algo del estilo «¡Buen trabajo!». Lo que quiero mostrar es lo que se puede hacer si se trabaja en ello y se persevera. Es cierto que todos somos diferentes y que todos partimos de una posición distinta. Pero creo sinceramente que dándonos el suficiente tiempo, casi todos podemos alcanzar esta meta.
Si yo lo estoy haciendo, tú también puedes.
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