Si leerse cualquier documento que firmamos ya puede ser una saludable y recomendable acción en todos los casos, lo es especialmente en el ámbito de los seguros. Y para aquellas personas no duchas en la materia, no hay apartado mejor para leer previamente al firma que el de las “definiciones” o “glosario”, en este apartado se definen y determinan los diferentes conceptos que conforman la póliza de seguros en cuestión.
Y es que del mismo modo que no es lo mismo ser el asegurador, que el asegurado, que el beneficiario, tampoco lo es tener el bien que vayamos a asegurar por un u otro tipo de valor de los existentes, o no es lo mismo someterse a un órganos jurisdiccional que a otro, y no es lo mismo encontrarse dentro del ramo de las exclusiones que el no encontrarse, y así muchas otras variables y particularidades.
Por supuesto, lo dicho anteriormente no va solo vinculado al ámbito de los seguros, y tiene traslación a otros ámbitos y sectores donde también se firman contratos y acuerdos, y en los que entra en juego otra terminología propia, o bien compartida pero con características particulares.
Así, entender el glosario de cualquier seguro, es el primer paso firme para firmar concienzudamente el documento que nos vinculará con esa compañía, y es que bien estará si sabemos determinar el ámbito de actuación del seguro o bien las primas que nos corresponden. A su vez bien estará si el glosario del seguro nos permite ver y visualizar que por ejemplo el concepto primas abarca mucho más allá del ámbito estrictamente familiar (permítase la broma) y abarca a la cantidad económica determinada que hemos de satisfacer de forma única o de forma periódica a la compañía de seguros en cuestión.