A pesar de las diferencias, que cumbre tras cumbre quedan patentes entre los 27 países de la Unión, en esta ocasión, los jefes de gobierno han conseguido comprometerse con la reducción del déficit . Y lo han hecho gracias a la aprobación de un pacto fiscal que incluye sanciones por su incumplimiento. Pero ni siquiera en esto, todos están de acuerdo y dos países miembros, Reino Unido y República Checa, se han descolgado de este Pacto Fiscal que puede ser considerado como una gran victoria de Ángela Merkel, la dama de hierro de la disciplina presupuestaria europea.
El nuevo pacto fiscal, que se firmará en marzo, impondrá sanciones casi automáticas a los países que infrinjan los límites presupuestarios de la Unión Europea, además de introducir normas de equilibro presupuestario en las leyes nacionales. Esas sanciones serían impuestas por el Tribunal de Justicia Europeo y podrían alcanzar hasta el 0,1 por ciento del PIB del país. España ha sido uno de los más rápidos en hacer los deberes reformando la constitución el verano pasado para fijar en ella un límite en el déficit público. Aunque lo cierto es que esa reforma en nuestra Carta Magna fue casi una necesidad irrenunciable ante continuos ataques que la deuda española estaba sufriendo en los mercados de deuda y que obligaron a los partidos políticos a mandar un mensaje contundente de compromiso con el déficit.
Ese pacto alcanzado en Bruselas a quién más ha gustado es al Banco Central Europeo. Su presidente, Mario Draghi lo ha llegado a considerar como el primer paso hacia una unión fiscal que servirá para fortalecer la confianza en la zona euro. No todos opinan igual, y hay analistas que creen que aunque es una medida necesaria no es suficiente para devolver la tranquilidad a los mercados. El nuevo pacto fiscal contiene obligaciones más rígidas que las establecidas en el Tratado de Maastricht que dio origen a la moneda única, pero no llega a cumplir con todos los requisitos que hubiera deseado Alemania.
Fondo de rescate. El salvavidas europeo.
Los 27 dieron también luz verde en esta Cumbre al acuerdo que permitirá combinar los dos grandes paquetes de rescate para países en apuros. De esta forma se adelanta la entrada en funcionamiento del Fondo Permanente de Rescate de la Eurozona (MEDE) al mes de julio de este año y se prorroga el Fondo Europeo de Estabilidad Financiero (FEEF) hasta mediados de 2013. Esto hará que ambos convivan durante un año. La suma de ambos fondos pondría sobre la mesa 1,2 billones de euros listos para el rescate si sumamos las aportaciones de la Unión y las del Fondo Monetario Internacional.
El FEEF cuenta con una capacidad de 250.000 millones de euros si se descuenta los 190.000 millones que ya se han comprometido con los rescates a Grecia, Portugal e Irlanda. El Fondo Permanente alcanza los 500.000 millones de euros, aunque esa cantidad se verá revisada en la cumbre del mes de marzo. Sin embargo hay pocas esperanzas de que este fondo sea ampliado con más aportaciones puesto que Alemania siempre ha bloqueado tal posibilidad justificando su decisión en que no puede haber más capital en la mesa si antes no hay auténticos esfuerzos para reforzar la disciplina fiscal de los países del euro.
Empleo. La asignatura pendiente.
De este primer encuentro del año sale también el compromiso de destinar a políticas que fomenten el empleo, los 22.000 mil millones de euros del Fondo Social Europeo (FSE) sin utilizar correspondientes al periodo 2007-2013 para toda la Unión Europea, de los que unos 2.700 millones de euros corresponderían a España. El texto final de la cumbre propone dedicar esos fondos a «mecanismos de apoyo a gran escala para que los jóvenes puedan trabajar o acceder a formación», además de elaborar «planes nacionales de empleo», cuya ejecución será supervisada desde Bruselas. La declaración hace especial hincapié en la necesidad de resolver el problema del desempleo juvenil, que en España alcanzó en diciembre según datos de Eurostat el 48,7 % la más alta de los Veintisiete. Para ello la Comisión Europea enviará este mes de febrero un grupo de expertos a nuestro país que tendrá que elaborar, junto con las autoridades españolas, un plan especialmente diseñado para el empleo de jóvenes menores de 25 años, que tiene que estar listo para el mes de abril.