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Para muchos de nosotros, la comida supone una parte importante del nuestro presupuesto mensual que realizamos. Comemos comida rápida varias veces a la semana, intenta que sean menos veces, y evita cenar en restaurantes caros. Es muy fácil reducir este gasto. Aquí os pongo algunas estrategias que puedes usar:
Como menos veces fuera, llévate comida de tu casa. Esta es la clave principal para reducir tu gasto en comida. Yo pienso que es mejor intentar no comer comida rápida y llevarte comida de tu casa que tener que renunciar a cenar fuera el fin de semana con mi mujer.
Si no sabes cocinar, aprende y empieza con las recetas más sencillas. Hay un montón de libros para aprender a cocinar, date una vuelta por la Casa del Libro por ejemplo y cómprate cualquiera de los favoritos y best-sellers. También puedes consultar otros blogs de referencia como JaviRecetas o el Cocinero Fiel.
Dale a las sobras una oportunidad. Siempre había pensado que dejar para otra comida lo que te había sobrado era algo triste y pobre pero si lo piensas no es para tanto. Todos hemos sido estudiantes alguna vez y nunca nos ha pasado nada, cuando prepares la comida al mediodía, haz algo más de la cuenta y tendrás comida extra para la cena.
Compra un congelador. Esto te permitirá comprar muy barato algunos alimentos a granel. Una vez que lo tengas, pregúntale a algún carnicero si podéis llegar a algún acuerdo comprando en grandes cantidades. Te sorprenderás al ver el descuento que tienen los pedidos a granel. También puedes hacer muchas comidas a la vez y congelarlas para comerlas en distintas ocasiones. Es mucho más fácil comer en casa si cuando llegues después de un día muy ajetreado tienes la comida hecha y simplemente tienes que meterla al horno.
Organiza rondas de cenas en casa con los amigos. Si tienes un grupo con el que sueles cenar fuera, proponles llevar cada uno un plato o bien barbacoas. Si cada uno pone de su parte, esto puede resultar muy barato y muy divertido. Algunos de mis mejores recuerdos de cenas con amigos no son de restaurantes, sino de sentarnos en el patio de mi casa mirando la luna y disfrutando de una botella de vino en una noche de verano.
¡Hasta mañana!