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Si has estado siguiendo esta serie de artículos y has realizado la evaluación de los gastos de la última semana, es probable que te sientas bien en cuanto a tu dirección financiera. Ahora llegamos al tema que es más difícil renunciar para la mayoría de las personas, y que hace que mucha gente vuelva a cometer errores: entretenimiento y hobbies. En otras palabras, todos los caprichos que tienes en la vida, desde la televisión a los video juegos o comprar ropa.
Ahora voy a decir algo chocante: si realmente quieres comprometerte con este plan a largo plazo, no debes renunciar a muchas de estas cosas. Nos dan muchas alegrías en el día a día de cada uno, el problema no está en gastar dinero en ello sino en el exceso. La clave no es recortar todos los cafés que bebes, sino recortar unos pocos al mes. De esta forma, todavía puedes disfrutar de tu café, pero también tendrás el placer de renunciar a alguno por una buena causa. Así convertimos algo que es negativo y difícil de cumplir en algo positivo y fácil de cumplir, permitiéndonos seguir con este hábito durante mucho tiempo.
Dicho esto, tómate algo de tiempo hoy y analiza cuáles son los gastos más superfluos e innecesarios que tienes cada mes. Puedes empezar sacando los extractos del último mes de tu tarjeta de crédito y subrayar los que son para puro entretenimiento, simple placer o para algún hobby. Puede que tardes un poco, pero vale la pena el esfuerzo.
Una vez que los hayas subrayado todos, vuelve y haz algunas agrupaciones. Por ejemplo, junta todos tus cafés, o todas las compras de libros, o toda la música que hayas comprado. Utiliza agrupaciones que tengan sentido para ti ya que si usas las de otra persona puede que no se corresponda en nada con las tuyas.
Ahora vamos a analizar estas agrupaciones, pregúntate a ti mismo si supondría un gran paso atrás en tu vida recortar estos gastos. Digamos que te compras un café largo cada mañana en la cafetería. ¿Podrías reducir esta cantidad a cuatro por semana, y que dos de ellas sean un café corto? De esta manera, podrás disfrutar de tu querido café largo los lunes y los viernes por la mañana, los martes y miércoles uno más barato, y los jueves podrás ir al trabajo con una sonrisa sabiendo que estás trabajando por un buen futuro. Otra forma de recortar gastos puede ser ir a la biblioteca en lugar de comprarte los libros o la música. Recuerda, si recortando todos estos gastos no eres feliz, no los recortes.
Estos pequeños cambios son los que pueden hacer una gran diferencia. Si intentas realizar un gran cambio de golpe, será como cuando empieza un nuevo año y empiezas con la dieta, al final sólo aguantas una semana comiendo ensalada. La clave es identificar aquellos gastos que puedes recortar mientras sigues siendo feliz.
El próximo día, veremos las tarjetas de crédito, sus tasas y qué podemos hacer para reducirlas.