Raúl me escribe para compartir su propia experiencia con las finanzas personales, y me parece que es un ejemplo claro de errores en cuanto al manejo de nuestras finanzas que la mayoría de nosotros cometemos o hemos cometido. Por ello, me permito reproducirla en estas páginas y hacer algunos comentarios con respecto a ella.
Me explica Raúl: “Tengo 35 años, vivo sólo en un adosado que compre hace unos 13 años, siempre tuve claro que lo primero era comprar una casa, aunque entonces con mi sueldo tuve el típico miedo a meterme en una cantidad alta de dinero, pero menos mal que compré, porque ahora sería imposible. Después de comprar, e irme a vivir sólo, la verdad es que mucho tiempo no tenía para controlar y poder hacer todo lo de casa, comprar, limpiar, cocinar, además de tener un segundo trabajo por las tardes, total que perdí interés y el control de mi economía personal, por su puesto, no ahorraba nada, pero no por malgastar en caprichos, sino por no llevar un control, pagaba mucho por seguros, la primera vez que me mandaron por correo el IBI, no lo pagué, porque ni siquiera abrí la carta, luego tuve que pagar el importe más su recargo correspondiente, no sabia lo que ganaba ni lo que gastaba.”
Me he reído cuando he visto lo del pago del IBI, ya que a mí hace unos años me pasó exactamente lo mismo. No es que me olvidara de pagar el IBI, es que ni siquiera me di cuenta de que me lo habían enviado. Escarmentada después de pagar el recargo, domicilié el IBI en la misma cuenta donde tengo domiciliado el pago de los seguros. Para personas con mucho trabajo o simplemente despistadas, la domiciliación es la mejor respuesta posible. Además, en los últimos años el desarrollo de la banca online ha supuesto para mí una auténtica revolución a la hora de llevar un control en los pagos y cobros que realizo sin necesidad de desplazamiento.
Lo cierto es que en muchos casos estamos perdiendo dinero, y no por comprar en exceso o por darnos lujos que no nos podemos permitir, sino por una falta de control en nuestras finanzas. Esto acaba dando como resultado que nuestro dinero se nos escape por rendijas de las que ni siquiera somos realmente conscientes. Es importante que revisemos siempre nuestras facturas y que llevemos un buen control de nuestros gastos. Solamente con dar este paso empezaremos a ahorrar dinero, pero si además le unimos a este control la elaboración de algún presupuesto sencillo, incluso aunque solo sea parcial (por ejemplo, para la cesta de la compra), podremos ahorrar una cierta cantidad al mes casi con total seguridad, salvo que nuestros ingresos sean realmente bajos y/o tengamos unos gastos fijos, como la hipoteca, muy elevados. Incluso en estos últimos casos estoy convencida de que podrán empezar a ahorrar sin importar lo pequeña que sea la cantidad.
Continua la experiencia de Raúl: “un día, no hace demasiado, me llama la empresa que me suministra el gasóleo y me comenta que el banco ha devuelto el recibo, consulto mi saldo y todo está bien, me vuelven a enviar el recibo pero con un recargo de 4€, por supuesto lo cobran, después de dar mil vueltas al tema con el banco y la empresa, el banco se da cuenta de que el nº de cuenta al que envían el recibo no es el mío, yo trato de decir a la empresa que se haga cargo del recargo, pero cual es mi sorpresa, que me comentan que ellos siempre habían enviado el recibo a esa cuenta, y efectivamente el banco después de 13 años se da cuenta del error, evidentemente acabe indignado, no sólo porque me tengo que hacer cargo del recargo, sino por el trato y porque ya vale de que nos traten por tontos, las he tenido buenas con el banco, cuando antes no sabía ni quién era el director, les estoy apretando con todo, tarjetas, seguros… y el ahorro que estoy obteniendo no me lo puedo creer, ahora me he dado cuenta que estaba tirando mi dinero, pero no por malgastar, sino por dejado, ese fue un punto y aparte, a partir de ahí, estoy controlando todo y la verdad que mi economía lo esta notando.”
Al ver esta reacción de Raúl tomando las riendas no he podido hacer menos que aplaudir. De hecho, me da hasta cierta envidia, porque reclamar es algo en lo que no soy muy buena. Digamos que es mi talón de Aquiles, el punto más débil de mis finanzas. No sé si es por timidez, por educación o por lo que sea, pero lo paso mal cuando tengo que ir a hacer una reclamación. Esta misma semana tenía que ir al banco para “pedir amablemente” que me reintegren la comisión que me cobran por tener dos cuentas con un saldo muy bajo. Las uso en Internet y mantengo ese saldo bajo por simple seguridad. Sin embargo, estoy dejando pasar el tiempo porque para mí siempre significa un mal trago.
Por propia experiencia animo a todo el mundo a seguir el ejemplo de Raúl y apretarles las tuercas a los bancos en todas las comisiones o servicios que cobren. Para algunas personas como yo resulta difícil, pero tenemos que obligarnos a dar el paso si queremos ahorrarnos una buena cantidad todos los años. De lo contrario, estaremos perdiendo dinero sin obtener nada a cambio.
One Response to “Experiencias de los lectores: Falta de tiempo y descontrol”
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