El límite en las retribuciones de los presidentes y consejeros de bancos y cajas de ahorro es sin duda uno de los puntos de la reforma financiera que más ha calado en la opinión pública. Y es que a nadie se le escapa que era un clamor popular la necesidad de exigir esfuerzos a unas entidades que se estaban beneficiando del dinero público, del dinero de todos los españoles. Esos esfuerzos pasarán por una reducción media del 76 % en el sueldo de los altos cargos de las entidades que hayan recurrido al salvavidas público.
El decreto ley aprobado por el gobierno establece que los altos cargos de bancos y cajas que hayan buscado asistencia financiera pública a través del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) no podrán cobrar más de 600.000 euros anuales, en el caso de los consejeros el límite se fija en los 100.000 euros. En esta situación están, por ejemplo, BFA-Bankia, Banca Cívica, BMN y Caja España. El ejecutivo va más allá en el caso de las entidades intervenidas y recorta hasta un máximo de 300.000 euros al año para los directivos de entidades intervenidas, 50.000 en el caso de los consejeros. En este segundo grupo entrarían Banco de Valencia, Catalunya Caixa, Unnim y Novagalicia.
En ambos casos se suspende el pago de las retribuciones variables para el personal de alta dirección y el cobro de aportaciones por planes de pensiones. Aún así el gobierno revisará el caso de los administradores recién llegados a entidades intervenidas y que no hayan tenido por tanto responsabilidad en el deterioro de las mismas. En este caso el ejecutivo esperará a ver el cumplimiento de objetivos para autorizar el pago de eventuales retribuciones variables.
Con nombre y apellido.
Rodrigo Rato es el banquero más afectado por las nuevas reglas de juego. El presidente de Bankia percibía hasta el momento 2,3 millones de euros de sueldo anual por lo que dejará de ingresar 1,7 millones de euros, un 74 % menos. Adolf Todó perderá el 80% de su salario. El presidente de Catalunya Caixa ganará a partir de ahora 300.000 euros anuales del 1,5 millones se embolsaba hasta el momento. Al otro lado de la moneda nos encontramos casos como el de Carlos Egea, presidente de Banco Mare Nostrum (BMN), que cobra 456.000 euros al año, 144.000 menos que el tope fijado por el Ministerio de Economía. Pero la gran mayoría de los directivos salen perdiendo con estos nuevos límites, sobre todo aquellos que cambiaron de entidad motivados por mejor salario sin imaginar que los futuros problemas de financiación pondrían coto a sus retribuciones.
“Aquí sobra gente”
El nuevo Real Decreto aprobado por el gobierno simplifica la estructura de las cajas de ahorro o lo que es lo mismo, limita el número de ejecutivos en las mismas. Con el fin de abaratar costes, cada entidad solo tendrá una Asamblea General y un Consejo de Administración. El número de miembros del Consejo seguirá siendo definido por los estatutos de la caja. Las entidades contarán con una Comisión de Control únicamente los casos en que sea razonable.
Además partir de ahora las cajas estarán obligadas a destinar a obra social al menos el 90 % de los ingresos por dividendos obtenidos como accionistas de los bancos y obliga a convertirse en fundación a aquellas cajas que se queden con menos del 25 % del capital del banco. Eso sí quedan eximidas de la obligatoriedad de presentar auditorías internas una vez cedida su actividad bancaria.