Grecia y la órbita de los estúpidos

Observando lo que ha pasado con Grecia y sin entrar en disquisiciones políticas, es inevitable pensar que si un particular se comportara como lo ha hecho Grecia (o cualquier otra nación que se haya acercado a la bancarrota), estaría en medio de una tremenda crisis personal. Sin embargo, los datos procedentes de las finanzas personales no son tampoco halagüeños, y mucha gente que unifica sus deudas vuelve a tener problemas en unos dos años.

No es una estadística muy sorprendente, ya que muchas de las personas que recurren a la unificación de deuda lo hacen simplemente para conseguir un pequeño alivio que les permita respirar pero siguiendo con sus vidas exactamente igual que antes. Se trata de mover facturas de un sitio a otro para conseguir un poco de tiempo extra.

Por supuesto, en muchas ocasiones la consolidación de deuda puede ser una gran herramienta para poner las cosas en orden.

La diferencia entre ambos grupos no se mide en euros, sino en el grado de compromiso del deudor para lograr la estabilidad financiera, o la falta de él. Si escoge el camino fácil y sigue manteniendo su ritmo de gasto, comprando más y más cosas, al final sus problemas reaparecerán.

La verdad es que si te encuentras en una situación en la que los anuncios sobre unificación de deuda te resultan atractivos, deberías estar gastando menos de lo que ganas. Si no te comprometes a hacer los cambios necesarios para lograrlo, solo estás cavando un agujero más hondo mientras tratas de evitar que las paredes se te caigan encima. Estás reduciendo el tipo de interés de algunas de tus deudas, lo que te da un dinero extra al mes para poder seguir acumulando deuda, porque ese es tu estilo de vida.

Antes de decidirte por la consolidación de deuda, pon tus gastos bajo control. Si no puedes estar más de dos meses sin gastar más de lo que ganas, entonces esa reunificación solo hará que las cosas, a la larga, se te pongan más cuesta arriba (porque te permitirá acumular más deudas). Usar estos programas de consolidación para poder continuar con tu exceso de gasto es tan estúpido (de hecho, es más estúpido) que lo que ha hecho Grecia.

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