Hay ciertos detalles que puede sernos útil conocer antes de hacer una compra a través de Internet. Saber cuáles son nuestros derechos en cuanto a reclamaciones y garantías, prestar atención a las distintas certificaciones y ponernos en guardia si el precio es demasiado bueno como para ser verdad son algunos de ellos.
No fijarse exclusivamente en el precio más bajo
Aunque puede ser tentador, no es siempre una buena idea decantarse siempre por el precio más bajo. Si el precio es demasiado bueno como para ser verdad – ¡probablemente haya gato encerrado!
El precio es uno de los mejores indicadores para las páginas cuyo único objetivo es sacarle el dinero a la gente. Incluso aunque no se trate de un fraude y al final recibamos los artículos que hemos pedido, un precio muy bajo puede provocar que el beneficio del vendedor sea tan bajo que no le queden recursos para hacer frente a futuros contactos por parte de los clientes sobre, por ejemplo, reclamaciones, defectos o cancelaciones de compra.
Por lo tanto, el precio más bajo no es siempre la ganga que parece ser a primera vista.
Comprobar la información de contacto del vendedor
Lo primero que tenemos que hacer es navegar un poco por la página web. ¿Proporciona otra información de contacto más allá de una dirección de email o un formulario? Si la respuesta es no, puede indicar que el vendedor no quiere ser localizado tras hacer la venta.
Busca si la página web tiene disponibles uno o más sellos de garantía y calidad. La mayoría de los países tienen marcas nacionales disponibles para el e-comercio, lo que significa que el vendedor en cuestión se compromete a atenerse a la legislación del país con respecto a temas tales como los datos personales, la información de contacto, el cumplimiento del contrato o los derechos de cancelación.
Cuando veamos dicho sello en la página, tendremos que comprobar si realmente está adscrita o si el vendedor se ha limitado a incluirlo sin más. Un simple clic en el logo del sello de calidad será suficiente. El administrador del sello debería por norma confirmar que el vendedor está registrado. Los requisitos de los distintos sellos para ser concedidos a una página varían, así que también es una buena idea comprobar en qué consisten.
Comprobar la información que proporciona el vendedor sobre nuestros derechos
Puede ser un poco tedioso, pero es importante leer los términos y condiciones del vendedor. Si no aparecen o son muy reducidos, puede que nos resulte difícil reclamar a posteriori.
Los términos y condiciones de la venta y la entrega del producto o servicio a menudo contienen información sobre los plazos de dicha entrega e indicaciones de precios. Una cuestión que siempre debemos tener en cuenta es que el IVA esté incluido en el precio.
Condiciones de reclamación
El mínimo plazo habitual en los países de la UE para efectuar reclamaciones es de dos años, aunque en algunos es incluso mayor.
Si los bienes que hemos recibido son defectuosos deberemos contactar al vendedor e informarle dentro de un periodo de tiempo razonable tras descubrir el defecto. Si lo hacemos dentro de los dos meses siguientes a la compra, siempre estaremos dentro de plazo. Tendremos que describir la naturaleza del defecto y qué esperamos que se haga al respecto (cambio, reparación, etc.) El vendedor deberá hacerse cargo de los gastos de envío.
En principio se asume que si el defecto aparece dentro de los primeros seis meses, el producto venía defectuoso de origen, por lo que el vendedor se tendrá que hacer cargo de la reparación del defecto. Si el defecto aparece más adelante, lo normal es que tengamos que probar que ya estaba ahí cuando recibimos el producto.
Si el vendedor no quiere o puede reemplazar el producto podremos reclamar una reducción en el precio o la cancelación de la compra y la devolución del dinero.